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Úlcera Corneal


Por. Eynar Isaii Torres Yáñez

Elis Elena Hernández González


La consulta oftalmológica es cada vez mas frecuente en la práctica clínica. En una revisión oftálmica se pueden descubrir alteraciones en la anatomía y/o apariencia que podrían requerir de ayuda médica. Los motivos más frecuentes de consulta pueden ser derivados de alteraciones en la forma, presencia de secreciones, manifestaciones de dolor o disminución de capacidad visual.

El ojo es un órgano que puede reflejar enfermedades no propiamente de él, algunos de los cambios podrían ser manifestaciones de enfermedades sistémicas o infecciosas. Por eso es importante realizar revisiones oculares frecuentes en nuestras mascotas, con el fin de detectar cualquiera de estos cambios antes de alguna complicación.

La córnea es la parte externa del ojo, su función principal es proteger de traumatismos e infecciones, mide de 0.6 mm a 1 mm en su totalidad y se conforma por cuatro capas: el epitelio es la capa externa formada de células escamosas y poliédricas, se caracteriza por poseer una alta capacidad de regeneración celular, está unido a la siguiente capa que es el estroma. El estroma ocupa el 90 % del grosor de la córnea y está constituido por fibras de colágeno y queratocitos. La membrana de Descemet y el endotelio corneal son las dos capas más profundas encargadas de mantener la turgencia y claridad de la córnea. Evitan la penetración del humor acuoso a la córnea.

Una córnea normal debe verse transparente, avascular (no hay presencia de vasos sanguíneos), estar siempre húmeda y no tener ningún tipo de pigmento. La ausencia de cualquiera de estas características podría indicar enfermedad o lesión corneal.

Úlcera corneal o queratitis ulcerativa es la pérdida de la continuidad o lesión del epitelio de la córnea. Es de las principales patologías oculares que pueden presentar nuestras mascotas.


Algunos de los signos clínicos que podemos encontrar son:


  • Dolor/blefaroespasmo. Movimiento y contracción del párpado.

  • Epífora o lagrimeo abundante.

  • Edema corneal.

  • Vascularización. Se observa la presencia de vasos sanguíneos, esto va a depender del tiempo de evolución de la úlcera corneal.

  • Secreción ocular que puede ser o no infecciosa.

  • Fotofobia. Intolerancia a la luz.

  • Miosis. Contracción de la pupila.


Úlcera corneal superficial. Es cuando está afectado el epitelio, al ser un tejido de regeneración, el tiempo de recuperación o cicatrización puede lograrse en pocos días.


Úlcera corneal profunda. En este caso el estroma se encuentra comprometido, puede tener una progresión rápida y afectar la membrana de Decement hasta ocasionar una perforación.


Úlcera simple. Es cuando hay daño en el epitelio corneal, es decir una úlcera superficial sin complicación bacteriana. Suele ser secundario a cuerpo extraño o traumatismo, provocando una reacción inflamatoria alrededor de la lesión. Se observa con bordes blanquecinos y el tiempo de recuperación puede variar de 7-10 días. Estas úlceras simples cicatrizan por migración epitelial o bien por vascularización superficial causada por edema corneal, una vez que la causa primaria ha sido eliminada.


Úlcera complicada. Es cuando hay presencia de bacterias, esto a su vez provoca un aumento en la cantidad de metaloproteasas endógena o exógena; estas metaloproteasas destruyen proteínas, lo que provoca que la cicatrización corneal se vea afectada, por lo tanto, la recuperación es más lenta. Las principales causas de una úlcera complicada son mecánicas, infecciosas o inmunomediadas.


Causas de úlcera corneal:

Alteraciones palpebrales.


Son causas mecánicas de una úlcera al tener roce constante con la superficie corneal. Entre estas alteraciones podemos encontrar:


  • Entropión, que es cuando los párpados están enroscados.

  • Ectropión. Los párpados inferiores están caídos.

  • Pliegues faciales permanentes o arrugas faciales.

  • Blefaritis o inflamación severa de los párpados.

  • Prolapso crónico de la glándula del tercer párpado.

  • Tumores.

  • Pestañas ectópicas.

  • Distiquias.


Algunas de las razas predisponentes que pueden presentar este tipo de alteraciones palpebrales son el Bulldog Inglés, Shar Pei y Mastín Napolitano.


Alteraciones en la película corneal


La película corneal o lacrimal (lágrima) cubre el epitelio de la córnea, consta de tres fracciones que son la lipídica, acuosa y mucosa. La disminución en cualquiera de estas tres fracciones va a provocar una mala calidad de la lágrima y por lo tanto una mala lubricación. Hay un retaso en la cicatrización y por lo tanto las úlceras se pueden agravar fácilmente.

Anormalidades en la fracción lipídica. Está relacionado con una disfunción de las glándulas del Meibomio encargadas de producir estos lípidos; estas glándulas se localizan en los párpados inferior y superior, si hay presencia de alguna anormalidad palpebral se va a ver directamente reflejado, ya sea en el número y distribución de las glándulas o en su función. La función principal de la fracción lipídica es distribuir e impedir la evaporación de la lágrima.


Deficiencia acuosa. La función de la fracción acuosa es aportar agua, oxígeno y glucosa. Las deficiencias están relacionadas con disfunciones neurológicas y un mal funcionamiento de la glándula lagrimal. Por ejemplo, aplasia o hipoplasia.


En ocasiones la deficiencia acuosa puede ser provocada por enfermedades inmunomediadas, enfermedades infecciosas como el moquillo o metabólicas como el hipotiroidismo.


Deficiencia de mucina (moco). La función de la capa mucosa es formar una barrera que lubrica la superficie ocular. La deficiencia en la producción de esta fracción de la película lacrimal provoca queratoconjuntivitis seca o síndrome de ojo seco. Puede ser ocasionada por quemaduras, infecciones crónicas o enfermedades inmunomediadas.


Exoftalmia y lagoftalmia (ojos saltones y grandes)


Exoftalmia se refiere al desplazamiento rostral del globo ocular debido a abscesos o neoplasias.


Lagoftalmía es cuando el perro tiene los ojos prominentes, común en razas braquicéfalas como el Pug.


En ambos casos hay una incongruencia de los párpados con el globo ocular y no hay un cierre completo de aquellos, esto puede derivar a un síndrome evaporativo lo que quiere decir que hay una rápida evaporación de la película lagrimal, esto provoca que la cantidad de lágrima no sea la óptima para la protección corneal.

Alteraciones de las pestañas


Al igual que las alteraciones palpebrales, las lesiones son causadas por el constante contacto directo con la superficie corneal.

Cilias ectópicas. Crecimiento de una pestaña de forma anormal por dentro de la conjuntiva.


Distiquias. Son pestañas que emergen a lo largo del borde palpebral por los orificios de la glándula del Meibomio.

Triquiasis. Crecimiento anormal hacia abajo.

Agentes irritantes


El contacto directo con álcalis como jabón, cloro, cal y cemento provocan pérdida del epitelio corneal, son de progresión exageradamente rápida, cuando logran penetrar el ojo provocan una uveítis severa, necrosis, coagulación en iris y cuerpo ciliar, atrofia y pérdida del humor acuoso.


Traumatismo

Una lesión directa sobre la superficie corneal puede provocar pérdida de la continuidad. Dependiendo la profundidad de la lesión será la gravedad de la úlcera. En estos casos será importante descartar hemorragias y lesiones en el cristalino.


Distrofias y/o degeneraciones corneales


Son cambios funcionales o morfológicos, un defecto en los factores de cicatrización corneal y una unión defectuosa entre la membrana basal epitelial y el estroma, hay un aumento de proteasas en lágrima y daño en la membrana basal del epitelio corneal, por lo tanto no cicatriza la lesión. Es más frecuente que se presente en pacientes geriatras. En el Boxer puede ser un problema hereditario.


También conocida como úlcera indolente suele presentarse acompañada de dolor moderado, blefaroespasmo y epífora, la sensibilidad puede estar disminuida. Siempre es superficial y no responde a tratamiento.


Infecciones


Las infecciones bacterianas y virales promueven la producción de metaloproteasas, algunas bacterias son capaces de producir sus propias proteasas, mismas que destruyen proteínas que ayudan al proceso de cicatrización y promueve el aumento de tamaño de las úlceras corneales. Se pueden observar como pequeños puntos blanquecinos, acompañados de secreción ocular y parpadeo frecuente.

Las infecciones casi siempre son secundarias, por lo que hay que evaluar cantidad y calidad de lágrima, integridad palpebral y de la córnea, capacidad neurosensitiva y sistema inmune para encontrar la causa primaria de la infección.


Úlceras neurogénicas

Las células superficiales de la córnea se encuentran inervadas por el nervio trigémino, las células profundas están inervadas por nervios motores, principalmente el nervio facial. Cualquier daño o lesión en estos nervios va a provocar daño en la sensibilidad corneal o carencia de movimiento palpebral.


Queratitis neurotrófica. Daño en el nervio trigémino por lo que la córnea no tiene sensibilidad, hay erosiones en el epitelio que evolucionan a edema y úlcera corneal.

Úlceras neuroparalíticas. Se debe a parálisis de los párpados, hay un mal cierre y por lo tanto una rápida evaporación de la lágrima, una mala lubricación de la córnea y a su vez lesión en el epitelio.


Queratitis inmunomediada

Las queratitis inmunomediadas son cuando el sistema inmune del paciente ataca a las mismas estructuras vasculares. Es un proceso inflamatorio de la córnea y la conjuntiva.

Queratitis superficial crónica o Pannus es una enfermedad de carácter hereditario con mayor incidencia en el Pastor Alemán aunque se puede presentar en otras razas como Dachshund, Pastor Belga y Galgo. Se presenta como una vascularización en la córnea, opacidad e inflamación y en ocasiones pigmentación.


Queratitis puntata/punteada. Son lesiones maculares o redondeadas que se observan como pequeños puntos dispersos blanquecinos. Podemos notar epifora y fotofobia. Las razas predisponentes son Dachshund y Shelty. Puede estar asociada a Pannus.


Úlcera de Mooren. Es una úlcera corneal periférica dolorosa, asociada a infección por estafilococos en los párpados, suele presentarse con dolor severo, inflamación, fotofobia y epifora.


Diagnóstico:


En el examen para la evaluación de la córnea se debe ocupar una fuente de luz ligera y lentes de aumento.


El método de diagnóstico más utilizado es por medio de una tinción oftálmica llamada fluoresceína, cuando el estroma se ha interrumpido capta la fluoresceína por la acción hidrofílica, esto quiere decir que la tinción se queda atrapada en la zona de lesión del estroma.


Es importante tomar en cuenta que se requieren más estudios para llegar a la causa primaria en los que se pueden incluir tinciones, estudios de imagen (tomografía o ultrasonido), estudios de sangre y cultivos.


Tratamiento

El tratamiento va a depender de la etiología de la úlcera corneal. Van desde tratamientos oftálmicos con antibiótico, desinflamatorio, inmunomoduladores, humectantes, entre otros, tratamientos sistémicos, hasta procedimientos quirúrgicos. No se debe medicar en casa sin consultar a un médico Veterinario, ya que muchos medicamentos pueden llegar a agravar la úlcera corneal.


Las lesiones y patologías corneales son de las más frecuentes en caninos y felinos de todas las razas; sin embargo, hay unas razas con mayor predisposición genética y anatómica, por lo tanto, debemos dejar en las manos de expertos la revisión oftalmológica, realizar pruebas específicas, ocupar los instrumentos y métodos de diagnóstico más adecuado para poder llegar a la medicación precisa.


Bibliografía:


  • Marín, Javier Esteban. Guía rápida de oftalmología canina y felina. Editorial Servet. España, 2009.

  • Dr. Tardón, Rodrigo. Manual Práctico para la clínica diaria. Entendiendo una córnea vascularizada. 1ª. Edición. 2016

  • Petersen-jones, Simón y Crispín, Sheila. Manual de oftalmología en pequeños animales. Ediciones Lexus. 2ª. Edición. España. 2013.

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