Alimentación y cuidados del peso del pug: de cachorro a adulto
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Por Héctor Nava y Gabriela Espárragoza
El pug es un compañero encantador con necesidades específicas.
El pug se ha convertido en uno de los perros más entrañables y populares en los hogares mexicanos. Su carácter alegre, su mirada expresiva y su disposición sociable lo han convertido en un favorito entre criadores y familias. No obstante, detrás de su dulce apariencia se encuentra una raza que requiere cuidados muy particulares, sobre todo en lo referente a su alimentación y al control del peso.
Mantener a un pug en su peso ideal no solo mejora su apariencia, sino que prolonga su vida y evita problemas respiratorios, articulares y metabólicos. En las siguientes secciones exploraremos cómo alimentar correctamente a un pug desde sus primeros días de vida hasta la vejez, ofreciendo consejos prácticos y profesionales.
El peso saludable: clave para una vida plena
El pug es compacto, de huesos fuertes y estructura robusta, pero tiene una tendencia natural al sobrepeso. Su metabolismo es más lento y su entusiasmo por la comida puede llevarlo fácilmente a la obesidad si no se controla la cantidad y la calidad de su alimentación.
Un pug con peso equilibrado:
• Respira mejor y se cansa menos.
• Tiene articulaciones más saludables.
• Conserva energía y vitalidad.
• Vive más años con buena calidad de vida.

Etapa de cachorro: crecimiento y desarrollo
(0 a 12 meses)
Durante el primer año de vida, el pug experimenta un crecimiento acelerado. La nutrición adecuada en esta etapa define su estructura corporal y su salud futura.
Lactancia y destete (0 a 8 semanas)
Durante las primeras semanas, la leche materna es su fuente perfecta de nutrientes y anticuerpos. El destete debe comenzar gradualmente hacia la cuarta semana, introduciendo croquetas pequeñas y blandas para cachorros. A las ocho semanas, el cachorro puede alimentarse por completo con alimento sólido.
De los 2 a los 12 meses
• Utilizar alimento formulado para cachorros de razas pequeñas.
• Servir tres comidas diarias hasta los seis meses; después, reducir a dos.
• Mantener un equilibrio entre proteínas (25–30 %) y grasas saludables.
• Evitar los premios altos en calorías o restos de comida humana.
El seguimiento veterinario es fundamental: el peso debe controlarse cada quince días y ajustarse la ración según su desarrollo.
Etapa adulta: equilibrio y mantenimiento
(1 a 7 años)
Cuando el pug alcanza su madurez, el objetivo principal es mantener el equilibrio entre la energía que consume y la que gasta.
Cantidad y frecuencia
• De 100 a 130 gramos diarios de alimento seco, repartidos en dos comidas.
• Preferir fórmulas con alto contenido de proteínas de origen animal.
Alimentos ideales:
• Pollo, pavo, salmón o cordero.
• Carbohidratos de fácil digestión, como avena o camote.
• Grasas saludables (aceite de salmón o linaza).
• Fibra moderada para una digestión óptima.
Evitar:
• Alimentos grasosos o fritos.
• Dulces, aguacate, pan, chocolate, uvas, pasas, cebolla, ajo, alcohol y cafeína.
• Snacks procesados con colorantes o azúcares añadidos.
Un pug adulto con peso controlado mantiene una silueta definida, cintura visible y costillas palpables al tacto.
Etapa sénior: longevidad y cuidado
(más de 7 años)
A medida que el pug envejece, su metabolismo se desacelera y su nivel de actividad disminuye. El control del peso se vuelve aún más importante.
Recomendaciones:
• Cambiar a un alimento para perros sénior.
• Mantener proteínas de alta calidad y reducir las calorías.
• Incorporar antioxidantes y condroprotectores.
• Fomentar la hidratación con alimento húmedo y agua fresca disponible todo el tiempo.
Los chequeos veterinarios deben realizarse al menos dos veces al año para monitorear el peso, el corazón y las articulaciones.
Evaluar el peso ideal
El estándar de la raza establece un rango saludable entre 6,3 y 8,1 kg, dependiendo del tamaño y la estructura. Un pug ideal:
• Tiene cintura ligeramente visible.
• Abdomen moderadamente recogido.
• No presenta grasa acumulada en el cuello ni en la espalda.
Un perro con sobrepeso tiende a roncar más, se fatiga fácilmente y presenta dificultad para respirar o moverse. Detectar estos signos a tiempo es fundamental.
Ejercicio: la otra mitad del equilibrio
El pug no es un atleta, pero necesita actividad constante. Las caminatas cortas dos veces al día ayudan a mantener su masa muscular y a controlar su peso.
Ejercicios recomendados:
• Caminatas de 15 a 20 minutos.
• Juegos suaves en interiores.
• Uso de juguetes interactivos.
Precauciones:
• Evitar el calor excesivo.
• No forzarlo a correr o saltar.
• Supervisar la respiración durante el ejercicio.
El juego y la actividad física fortalecen el vínculo con su dueño y previenen la ansiedad.
Problemas de peso frecuentes
Sobrepeso y obesidad:
Afectan a más del 50 % de los pugs adultos. Causan dificultad respiratoria, diabetes, problemas articulares y un mayor riesgo durante las cirugías.
Bajo peso:
Menos común, pero puede indicar presencia de parásitos, mala absorción de nutrientes o enfermedades intestinales.
En ambos casos, la supervisión veterinaria es indispensable.
Estrategias prácticas para mantener el peso
• Medir las porciones con una taza o báscula.
• No ofrecer sobras de comida humana.
• Premiar con frutas o galletas especiales para control de peso.
• Pasearlo regularmente.
• Consultar al veterinario ante cualquier cambio drástico en su apetito o energía.
Alimentación natural: ¿moda o beneficio real?
Cada vez más criadores y propietarios optan por dietas naturales o caseras. Estas pueden ser beneficiosas si son formuladas por un veterinario especialista en nutrición.
Ventajas:
• Ingredientes frescos y naturales.
• Mejor digestión y mayor energía.
• Posibilidad de adaptar la dieta según alergias o necesidades específicas.
Desventajas:
• Mayor tiempo de preparación.
• Riesgo de desequilibrio nutricional.
• Necesidad de incluir suplementos vitamínicos y minerales.
El papel del criador y del propietario
El criador tiene la responsabilidad de entregar cachorros con buenos hábitos alimenticios, información sobre su dieta y seguimiento inicial. El propietario, por su parte, debe continuar con disciplina, evitando excesos y fomentando un estilo de vida equilibrado.
Un criador informado y un dueño comprometido garantizan un pug sano, fuerte y feliz.
Alimentación emocional: el vínculo invisible
El pug asocia la comida con el afecto. Muchos propietarios, sin darse cuenta, refuerzan conductas equivocadas ofreciendo premios por atención. La clave está en equilibrar el cariño con el juego, la convivencia y el refuerzo positivo, sin abusar de los alimentos.
Beneficios de mantener el peso ideal
• Mayor longevidad (de dos a tres años más que un pug obeso).
• Movilidad fluida y articulaciones sanas.
• Pelaje brillante y piel sin irritaciones.
• Menor riesgo de enfermedades crónicas.
• Temperamento más estable y activo.
Un pug feliz es un pug bien cuidado
Detrás de cada pug saludable hay un dueño responsable y un criador informado. Alimentar con conocimiento, ejercitar con medida y cuidar con amor son las tres bases de su bienestar.
El pug no solo es una mascota: es un compañero leal que devuelve con ternura todo el esfuerzo invertido en su cuidado. Mantenerlo en su peso ideal es una muestra de respeto y amor hacia una de las razas más nobles y encantadoras del mundo canino.
Conclusión
El control del peso y la alimentación del pug no deben verse como una obligación, sino como una forma de prolongar su alegría y su compañía. Criadores, veterinarios y propietarios comparten una misma misión: garantizar que cada pug viva su vida con energía, salud y la felicidad que caracteriza a esta hermosa raza tan especial.







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