Por Ballesteros Pérez Angélica Donají
INTRODUCCIÓN
En México y en el mundo los gatos han adquirido cada vez más importancia como animales de compañía, por ello su población ha ido en aumento; según el INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía), en el 2021 se tenía un acumulado de 80 millones de animales de compañía; 43.8 millones son perros, 16.2 millones son gatos y 20 millones son otro tipo de especies pequeñas(4), sin embargo, no se tiene un censo adecuado del número de gatos de casa y de gatos ferales, el cual incluye cualquier gato que en estado consciente no pueda ser manejado por los seres humanos y que deambule libremente sin estar confinado en un espacio determinado(1) siendo estos últimos una problemática para distintos temas, principalmente para la salud pública, puesto que existe el riesgo de propagación de enfermedades zoonóticas que sufren los animales, cuyos agentes patógenos responsables de estas enfermedades pueden ser transmitidas en forma directa o indirecta a los humanos(5), la salud de los mismos gatos, perros y de la fauna silvestre.
Existen diferentes enfermedades infecciosas de gran importancia para los gatos, una de ellas es la leucemia viral felina, conocida por sus siglas como “VLFe”, la cual disminuye la esperanza de vida. Un gato de casa tiene un promedio de vida de 20 años mientras que un gato feral tiene un promedio de tres años de vida. Es importante conocer el impacto que tiene este virus para su contención, los últimos estudios elaborados, uno en el 2016 realizado en un total de 205 pacientes, se encontró una prevalencia de 2.43 % y otro en el 2018, resultaron en una prevalencia de la enfermedad del 15.2 %. No existe cura, sólo control de signología y al ser infectocontagiosa, presenta una tasa de mortalidad de alrededor del 50 % en los primeros dos años de infección, en otros casos aproximadamente el 80 % a los tres años. Se cuenta con una vacuna que ayuda a disminuir los casos de contagio en mascotas sin regulación en la salida del hogar, empero, la principal amenaza viene de los gatos ferales que no cuentan con inmunización(12).
DESARROLLO
LaVLFe es causada por un virus que fue descrito por William Jarret y colaboradores en 1964, en un gato con linfoma. Este virus pertenece al orden Ortevirales, familia Retroviridae, subfamilia Orthoretrovirinae, género Gammaretrovirus y especie Virus de leucemia viral felina, como se muestra en la figura 1(6.9).
Este virus tiene varios subtipos los cuales pueden ser más dañinos que otros, estos se denominan A, B, C, D y T. Se ha encontrado diferente signología dependiendo del subgrupo que afecte al gato, como se muestra en la figura 2(6).
Transmisión
Se da por contacto directo entre un gato infectado y uno sano por medio de la saliva, ya que la concentración es más alta que en el plasma. El comportamiento social es el medio principal de transmisión, como compartir platos con alimento y agua, el acicalamiento mutuo o compartir areneros (6, 8). La transmisión se puede dar de forma horizontal y vertical como se muestra en la figura 3; la forma horizontal se da cuando el virus se excreta por gatos virémicos, a través de fluidos corporales como la saliva (por este medio se eliminan millones de partículas virales), secreciones nasales, lágrimas, heces, orina y leche, en tanto que la forma vertical se da de madres a cachorros, ya que en las hembras gestantes con viremia, el virus es capaz de atravesar la placenta. La infección de los productos causa muerte y/o reabsorción embrionaria o fetal, esto puede ocurrir en el 80 % de los casos, si la gestación llega a término, los fetos pueden presentar síndrome del gato débil y morir en las siguientes semanas post-parto, si sobreviven al período neonatal, las crías presentarán una viremia persistente o permanecerán en un estado no virémico, hasta que el provirus llegue a replicarse(6).
Los retrovirus resisten muy poco en el medio ambiente ya que son inestables fuera de su hospedero, se inactivan rápidamente en superficies secas y que hayan sido limpiadas y desinfectadas con detergentes de forma rutinaria. La envoltura de este virus es soluble en lípidos y susceptible a desinfectantes, jabones, calor y secado (6,9)
Otras formas de transmisión incluyen a la pulga (Ctenocephalides felis), diversos estudios in vitro han demostrado que la pulga puede transmitir el virus al inocular -mediante su picadura-, sangre de un gato virémico a un gato sano. Se ha comprobado la presencia de RNA del virus tanto en la pulga como en sus heces. También debemos tener en cuenta la transmisión iatrogénica, ya que como se mencionó anteriormente, los fluidos son la fuente principal de contagio y se puede causar la transmisión mediante agujas, instrumental contaminado, transfusiones sanguíneas, jaulas que no se hayan desinfectado, circuitos de anestesia inhalada, entre otros(3,6).
Patogenia:
La infección comienza por cavidad oronasal y orofaringe; después de la exposición el virus se disemina mediante monocitos infectados hacia tejidos linforreticulares y médula ósea. Aproximadamente en el 50 % de los gatos que se exponen se producirá una infección latente de la médula ósea que se eliminará después de varios meses, si no se contiene la infección ocasionará una extensa producción del virus en la médula ósea y causará una viremia persistente, el virus estará presente en linfocitos y plasma y llegará al epitelio glandular y de las mucosas. Mediante las glándulas salivales y desde la porción superior del aparato respiratorio se excretan altas cantidades del virus(3).
Existen 4 presentaciones de la infección del virus de leucemia felina como se muestra en la figura 4:
Infección regresiva: ocurre en el 30 a 40 %, en la cual el virus se encuentra en la sangre de forma transitoria, dura de tres a cuatro semanas, son contagiosos y positivos a las pruebas, posteriormente la respuesta inmunológica aumenta y la carga viral disminuye junto con el riesgo de presentar las patologías asociadas; los gatos no eliminan el virus en su totalidad, por lo tanto, aquí sólo son positivos a pruebas de tipo PCR en este estadio no son infectantes ni se produce replicación viral. Si el sistema inmunológico se llega a ver afectado, posteriormente se puede reactivar(8,10).
Infección abortiva: sólo ocurre en el 20 a 30 % de los casos y la respuesta inmune del gato es adecuada, nada más hay una pre infección en orofaringe, la cual es controlada por el sistema inmune y no hay diseminación(8,10).
Infección progresiva: está presente el virus en la sangre durante tres semanas sin que el sistema inmune desarrolle anticuerpos, el virus llega a invadir médula ósea, la carga viral es elevada, en este estadío los gatos son positivos a las pruebas y tienen un alto riesgo de presentar patologías asociadas a VLFe y son fuente de infección para otros gatos, la mayoría de los gatos con esta presentación tienen un promedio de vida de 3.5 años, después de ser identificados como positivos(8,10).
Infección atípica: se presenta en menos del 5 % de los casos, los resultados a las pruebas de diagnóstico no concuerdan. Las pruebas pueden ser positivas, pero el virus no se replica en sangre ni en médula ósea, por lo tanto, no es infectante(8,10).
Prevención
Existe la vacuna contra VLFe, la cual juega un papel importante para la protección de los gatos de casa y la población de gatos en general para el control de la enfermedad, ya que así se reduce la incidencia del virus. Sin embargo, la protección depende de factores del paciente, de su entorno y de la correcta vacunación. Las vacunas actuales son eficaces para prevenir viremia persistente, replicación viral y la enfermedad asociada, pero no han demostrado estimular la inmunidad de mucosas a nivel oronasal para proporcionar protección al 100 %(11).
La vacuna está recomendada principalmente para gatitos menores a un año debido a la susceptibilidad y para gatos en riesgo de exposición, es decir, los que tienen acceso al exterior o los que viven en lugares donde conviven muchos gatos(11).
La edad recomendada para vacunarse es en gatitos menores de 16 semanas de edad una primera dosis a las 8-9 semanas, segunda dosis de tres a cuatro semanas después y tercera dosis al año. Para gatos mayores a 26 semanas y adultos no vacunados, dos dosis con tres a cuatro semanas de diferencia y una dosis un año después. La revacunación es anual o bianual, dependiendo el laboratorio(11).
Existen diferentes factores a considerar para la vacunación:
Antes de la vacuna hay que realizar prueba de VLFe.
Los gatos infectados no obtienen ningún beneficio al vacunarse y tampoco corren algún riesgo, ya que no interfiere con el desarrollo de la enfermedad.
Los gatos menores a 16 semanas deben ser vacunados, ya que corren un riesgo elevado de infección(11).
Diagnóstico
La determinación del estatus de un gato contra VLFe es importante, ya sea un gato sano o enfermo. Existen distintos tipos de pruebas, unas son las rápidas o test que se pueden hacer en una clínica con una pequeña muestra de sangre, suero o plasma del gato, estas pueden ser ELISA o inmunocromatografía, y otras más especializadas como inmunofluorescencia, reacción en cadena de polimerasa. La decisión de realizar los diferentes tipos de prueba dependerá del médico veterinario, porque se deben tomar en cuenta diferentes factores como signología clínica, riesgo de exposición y prevalencia en la zona donde se encuentren los gatos(8).
Conclusión
En base a la bibliografía consultada, la prevalencia de VLFe ha ido en aumento en los últimos años, lo que significa que actualmente tres de cada 20 gatos son positivos a VLFe, concluyendo que es responsabilidad de ambas partes, médico veterinario y tutor, implementar las medidas necesarias para frenar o disminuir su propagación; el tutor tiene la responsabilidad de acudir a visitas al veterinario para obtener la información oportuna sobre las acciones a realizar para evitar que su compañero adquiera esta o cualquier otra patología; por otro lado, el médico veterinario tiene la responsabilidad de mantenerse actualizado sobre los avances en la medicina para obtener los conocimientos necesarios y mantener el estado de salud de sus pacientes, prevenir enfermedades, proporcionar un tratamiento oportuno y transmitir los conocimientos necesarios a los tutores para que sus compañeros tengan una buena calidad de vida.
Referencias
Arellano O. D., Figueroa F. S., Iturbide T.l., (2019). Seroprevalencia del virus de leucemia felina en gatos ferales en la Ciudad de México. Vanguardia Veterinaria, 16(95), 26-30
Castro Carangui, F. O. (2022). Prevalencia de leucemia viral felina en gatos (Felis catus) aparentemente sanos mediante ensayo inmunocromatográfico (Bachelor’s thesis).
Chavarría Choque, H. L. (2023). Evaluar la incidencia de leucemia felina en el primer trimestre del año 2023 en la veterinaria VIDA VET.
Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado (ENBIARE) 2021 https://www.inegi.org.mx/programas/enbiare/2021/default.html#herramientas
Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) Agosto 2020 https://www.insp.mx/avisos/4732-enfermedades-zoonoticas-18.html
Lucas Navia, Úrsula Aline. (2019). “Seroprevalencia y factores de riesgo asociados a leucemia viral felina, en gatos enfermos que asisten por el área de gatos del HVE-UNAM, entre enero de 2016 y marzo de 2018”. (Tesis de Licenciatura). Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, UNAM. Recuperado de https://repositorio.unam.mx/contenidos/3439793
Lucas, U. A., Iturbe, T. L., & Guadalupe Sánchez, M. (2019). Seroprevalencia y factores de riesgo asociados a leucemia viral felina, en gatos enfermos que asisten por el Área de Medicina de Gatos del HVE-UNAM, entre enero de 2016 y marzo de 2018. Vanguardia Veterinaria, 16(95), 18-24.
Marín Heredia J., (2019) Fisiopatogenia de la Leucemia viral felina. Vanguardia Veterinaria, 16(95), 8-10.
Rivera Colín, Diana (2020). Detección de DNA proviral del virus de la leucemia viral felina por medio de la reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real (qPCR) en tejidos incluidos en parafina de linfomas felinos. Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, UNAM. Recuperado de https://repositorio.unam.mx/contenidos/3615162
Ortiz Fragoso, Lucía Karina. (2018). “Evaluación de la p27 del virus de leucemia viral felina (VLFe) en una prueba de Elisa comercial a partir de plasma sanguíneo”. (Tesis de Licenciatura). Universidad Nacional Autónoma de México, México.
Recuperado de https://repositorio.unam.mx/contenidos/161772
Sánchez Pacheco A (2019). Vacunación de Leucemia Viral Felina. Vanguardia Veterinaria, 16(95), 46-48
Vargas, María Camila, Germán José Sánchez. “Factores de promoción y prevención del virus de la Leucemia Felina (ViLeF) - Revisión de Literatur.” Universidad Cooperativa de Colombia, 11 julio 2023, https://repository.ucc.edu.co/handle/20.500.12494/51653 Accessed 06 01 2024.
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