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Enfermedad de Cushing en perros y gatos

Diagnóstico y manejo clínico


Por Yadira Cisneros | Conexión Animal | Bienestar en Acción


El hiperadrenocorticismo, conocido comúnmente como enfermedad de Cushing, es un trastorno endocrino frecuente en caninos y poco común en felinos. Se caracteriza por una producción excesiva de glucocorticoides, particularmente cortisol, con una presentación clínica variada y un manejo que requiere un enfoque diagnóstico y terapéutico integral. Este artículo revisa las principales formas etiológicas, manifestaciones clínicas, métodos diagnósticos y opciones terapéuticas disponibles en perros y gatos.


Introducción

La enfermedad de Cushing representa una de las endocrinopatías más comunes en la práctica clínica veterinaria canina. Se define como una hiperfunción crónica del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal, que conlleva a una secreción excesiva de cortisol. Aunque su prevalencia es notablemente inferior en gatos, su reconocimiento en esta especie es fundamental debido a su asociación con otras patologías concomitantes, como la diabetes mellitus.


Etiopatogenia


Existen tres formas principales de hiperadrenocorticismo en medicina veterinaria:


  • Hiperadrenocorticismo pituitario-dependiente (PDH): es la forma más frecuente en perros (85–90 %). Se origina por un adenoma funcional de la pars distalis de la hipófisis anterior que secreta ACTH en exceso, estimulando crónicamente las glándulas adrenales.

  • Hiperadrenocorticismo adrenal-dependiente (ADH): menos común (10–15 % en perros), esta forma se debe a un tumor adrenal productor de cortisol, independiente del control hipofisario. Su prevalencia en gatos es proporcionalmente mayor que en caninos.

  • Hiperadrenocorticismo yatrogénico: resulta del uso prolongado y/o en dosis elevadas de glucocorticoides exógenos. Su presentación puede confundirse con la forma espontánea, siendo indispensable una adecuada anamnesis para su diagnóstico.


Manifestaciones clínicas


En perros:

Los signos clínicos suelen instaurarse lentamente y son inespecíficos en etapas iniciales. Los más comunes incluyen:


Polidipsia y poliuria

Polifagia

Abdomen distendido

Alopecia bilateral simétrica

Debilidad muscular

Hepatomegalia

Infecciones dérmicas o urinarias recurrentes

Letargia y disminución de la actividad


En gatos:

Aunque infrecuente, el hiperadrenocorticismo felino presenta signos clínicos marcados, siendo característico:


Piel fina y frágil, con desgarros espontáneos

Alopecia

Polidipsia/poliuria

Resistencia insulínica en gatos diabéticos

Hepatomegalia

Debilidad generalizada


Diagnóstico


El abordaje diagnóstico debe basarse en una combinación de historia clínica, exploración física, pruebas de laboratorio y exámenes de imagen.


Pruebas bioquímicas y hematológicas:


Elevación de enzimas hepáticas (ALP, ALT)

Hipercolesterolemia

Glucosuria (común en gatos)

Leucograma de estrés (neutrofilia, linfopenia)


Pruebas hormonales:


Prueba de supresión con dexametasona en dosis baja (LDDST): es la prueba de elección en la mayoría de los casos.

Prueba de estimulación con ACTH: útil para monitorizar tratamiento o confirmar casos.

Relación cortisol/creatinina urinaria: alta sensibilidad, pero baja especificidad; útil como prueba de tamizaje.


Diagnóstico por imagen:


Ecografía abdominal: permite evaluar el tamaño y morfología de las glándulas adrenales.

RM o TC cerebral: recomendadas para la evaluación de macroadenomas hipofisarios, especialmente en casos con signos neurológicos.


Tratamiento médico:


Trilostano: inhibidor competitivo de la enzima 3β-hidroxiesteroide deshidrogenasa, reduce la síntesis de cortisol. Es el tratamiento médico de elección en PDH y ADH.

Mitotano: agente adrenocorticolítico. Menos utilizado hoy en día por su manejo más complejo y mayor riesgo de efectos secundarios.


Tratamiento quirúrgico:


Adrenalectomía: indicada en ADH unilateral sin metástasis. En gatos puede ser curativa.

Hipofisectomía: procedimiento altamente especializado, realizado en centros de referencia.


Tratamiento del hiperadrenocorticismo yatrogénico:


Consiste en la retirada gradual del glucocorticoide exógeno para evitar una crisis de Addison secundaria.


Pronóstico


El pronóstico del hiperadrenocorticismo depende de la forma clínica, el tipo de tratamiento y la presencia de comorbilidades. Los animales bien controlados pueden mantener una buena calidad de vida. En gatos, el pronóstico es reservado, especialmente cuando hay coexistencia con diabetes mellitus o si se presenta en formas avanzadas.


Conclusión:


El hiperadrenocorticismo es una enfermedad compleja que requiere un abordaje clínico meticuloso y multidisciplinario. La identificación temprana de los signos clínicos, el uso apropiado de las pruebas diagnósticas y un manejo terapéutico individualizado son fundamentales para optimizar la calidad de vida de los pacientes afectados.


 
 
 

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