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La importancia de la convivencia de un cachorro con la madre y los hermanos en los primeros días de vida hasta la separación


Por Gabriela Esparragoza y Héctor Nava | Criadores


El período de convivencia de un cachorro con su madre y sus hermanos es fundamental para su desarrollo físico, emocional y social. Durante este periodo, que va desde los primeros días de vida hasta la separación de la camada, los cachorros aprenden habilidades esenciales que influirán en su comportamiento y bienestar a lo largo de su vida.


Desde el nacimiento hasta aproximadamente las ocho semanas de edad, la madre juega un papel crucial en la alimentación, higiene y seguridad de sus crías. A través de la lactancia, los cachorros reciben no solo los nutrientes necesarios para su crecimiento físico, sino también anticuerpos que fortalecen su sistema inmunológico protegiéndolos de infecciones y enfermedades, la madre además les brinda calor y protección, lo que es vital para las primeras etapas de la vida.


El primer contacto entre el cachorro y su madre es crucial para el desarrollo emocional. La madre enseña al cachorro a cómo interactuar con su entorno, aparte le proporciona seguridad y tranquilidad, algo esencial para su bienestar emocional. La cercanía física y el contacto constante con la madre en estos primeros días promueven la creación de un vínculo afectivo y una sensación de confianza en el mundo que lo rodea.


La madre también le enseña al cachorro importantes lecciones de disciplina, comportamiento, control de esfínteres y la manera de reconocer y responder a estímulos, señales, correcciones suaves y comandos básicos que le ayudarán a comprender límites y normas de convivencia. Aunque los cachorros no están completamente listos para la obediencia formal durante este tiempo, la interacción constante con la madre y los hermanos ayuda a crear una base para su adiestramiento futuro.


Por otro lado, la interacción con sus hermanos es clave para el aprendizaje social. A través del juego, los cachorros desarrollan la coordinación motora, el control de la mordida y la comunicación canina. Estas interacciones les permiten entender las señales corporales y vocales de sus compañeros, fomentando habilidades que facilitarán su adaptación a distintos entornos y relaciones con otros perros y humanos en el futuro.


El juego entre hermanos también ayuda a regular la intensidad del mordisqueo, ya que cuando un cachorro muerde demasiado fuerte, su hermano reacciona alejándose o emitiendo un gemido, lo que le enseña a medir su fuerza. Este aprendizaje es esencial para evitar conductas agresivas o inadecuadas en la adultez.


Además, este período de sociabilización temprana contribuye a que los cachorros desarrollen confianza y seguridad. Un cachorro que ha permanecido con su madre y hermanos el tiempo adecuado, tiende a ser más equilibrado emocionalmente, lo que reduce el riesgo de problemas como la ansiedad por separación o el miedo excesivo ante nuevos estímulos.


La separación prematura de la madre y los hermanos puede tener consecuencias negativas en el desarrollo emocional y social de un cachorro. Los cachorros que son separados demasiado pronto pueden presentar problemas de ansiedad, agresividad o falta de habilidades sociales debido a la falta de aprendizaje y sociabilización en esta etapa crítica. Además, pueden experimentar un mayor estrés y dificultades para adaptarse.


Por ello, se recomienda que los cachorros permanezcan con su madre y hermanos hasta -al menos- de las ocho a las 10 semanas de vida, permitiendo que adquieran todas las habilidades necesarias para una convivencia armoniosa con otros perros, niños y personas adultas.


En conclusión, la convivencia con la madre y los hermanos en las primeras semanas de vida es un pilar fundamental en el desarrollo de un cachorro. A través de esta interacción, los cachorros adquieren habilidades físicas, emocionales y sociales que los preparan para una vida adulta equilibrada y saludable.

 

Si estás pensando en adoptar un Bulldog Francés, asegúrate de que haya tenido este proceso de sociabilización y ¡tendrás un perrito más seguro, feliz y equilibrado!

 
 
 

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