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El pelo del Pomeranian


Por. MVZ Álvaro Mauricio Ocaña Casillas


Una de las características más llamativas del Pomeranian, misma que ha jugado a su favor para otorgarle popularidad a la raza es el increíble pelaje doble capa que lo hace acreedor de una apariencia sumamente esponjosa.


El pelo, al ser una característica de los mamíferos, ha evolucionado según la función zootécnica y el lugar de origen de manera diferente en cada una de las razas, generando los distintos tipos de mantos que conocemos hoy en día.


En un Pomeranian con la piel sana hemos de encontrar tres tipos de pelos principales:


Pelo recto: mismo que constituye la capa externa del manto, siendo estos “pelos altos” los que constituyen la primera barrera de protección, pues suponen el primer acercamiento al tacto.


Pelo fino: también conocido como pelo lanoso, lana o lanilla, es aquel que representa la capa interna, este pelo conserva una capa de aire que mantiene al Pomeranian fresco en época de calor y cálido en época de frío. La cantidad de lanilla se ve afectada por temas como la genética, el cepillado, cultivos de pelo y el uso de productos adecuados para el cuidado capilar.


La capa interna o subcapa es la que mantiene en posición recta a la capa externa, entre más abundante es esta capa, más esponjoso se verá nuestro Pomeranian.

Pelos táctiles: son aquellos que están más íntimamente ligados al sentido del tacto y tienen un grosor por encima de los anteriormente mencionados como son los bigotes.


Cada pelo cumple de forma normal un ciclo iniciando su crecimiento en un folículo y cursando por tres etapas o fases.


La fase anágena o de crecimiento es en la que se encuentra la mayoría del pelo del animal, esta fase tendrá una duración diferente según la localización anatómica en la que se encuentre el folículo piloso, es decir, no crecerá igual un pelo que se encuentre en la zona de las patas, el pecho o la cara del Pomeranian, cabe mencionar que el crecimiento del pelo en un perro sano y bien alimentado varía entre .2 a .4 mm por día, de ahí la importancia de un alimento de calidad y en algunos casos el uso de ácidos grasos como complementos en la dieta.


Es importante mencionar que más de tres cuartas partes del manto se suelen encontrar en esta etapa de forma normal.


La segunda fase es la catágena, siendo además una etapa de reposo o mantenimiento del pelo, en esta fase no hay crecimiento y es el pelo que representará el resultado final tras un mantenimiento adecuado del manto durante la fase anágena. La menor cantidad del pelo de nuestro perro se encuentra en esta etapa.


La fase telógena es la última etapa del ciclo de crecimiento del pelo y anuncia su caída; una vez que el pelo ha concluido las dos etapas anteriores debe dar paso a su muerte, mediante un proceso paulatino de algunas cuantas semanas; una vez que cae el pelo muerto da paso a un nuevo ciclo de crecimiento en ese mismo folículo, dando origen nuevamente al ciclo.


No todo el manto se encuentra en la misma fase de crecimiento, si bien el proceso es cíclico las proporciones de cada fase cambian, de esa manera es que el perro logra estar peludo todo el tiempo pese a perder múltiples pelos al día, así como mueren unos, otros más reinician el ciclo.


Con base en lo anterior podemos hacer hincapié en que un manto brilloso, con la textura propia de la doble capa y de apariencia de impacto es el resultado de múltiples factores como son genética, alimentación y cuidados capilares, es fundamental el acudir con tu profesional de la salud para una asesoría en el alimento, a modo de encontrar la opción más ideal para tu peludo, así como complementos nutricionales que puedan ayudar a mantener o mejorar la textura y las visitas regulares con groomers profesionales que sean capaces de tratar el manto de la mejor manera y con los productos más adecuados.

Si bien la raza es fácilmente distinguida por el manto tan peculiar que posee debemos ser conscientes que el Pomeranian puede tener pérdida de pelo lo suficientemente significativa como para generar lesiones tan pequeñas como una moneda o tan significativas que lo harían ver irreconocible.


La primer perdida de pelo es aquella que se presenta de forma natural por procesos fisiológicos, en primer lugar nos encontraremos con la muda del pelo de cachorros, también conocida como etapa de “patitos feos”, “monkeys” u otros nombres coloquiales, se inicia entre los tres a cinco meses y se caracteriza por una pérdida de pelo en la cara, por lo que asimila el rostro de un mono; con algo de imaginación logramos ver un corazón formado por la pérdida de pelo alrededor de los ojos hasta los belfos, es un proceso natural por el que todos los Pomeranian deberían cursar de forma normal, si el tuyo está pasando por esta etapa y es tu primera vez teniendo uno, no hay de qué alarmarse, se está regularizando el ciclo de crecimiento de su pelo y entre los nueve y los once meses alcanzará en 80 % de su pelo de adulto; la gestación y lactancia son etapas fisiológicas que conllevan cambios hormonales en las hembras, unas semanas más tarde de haber destetado comenzará una muda de pelo total que tardará el mismo tiempo que tardó en salir de la muda de cachorra, no hay nada de qué preocuparse, insisto, dado que se repondrá en aproximadamente cuatro a seis meses, es importante recordar que la pérdida de pelo de las hembras durante la lactancia es un remanente evolutivo de sus ancestros así como un mecanismo de protección a los cachorros, perdiendo pelo en el nido es una forma de mantener a sus cachorros calientes y protegidos de las temperaturas del exterior, estos dos procesos son completamente normales y de los cuales se recuperan al cabo de poco tiempo, entre más fuerte es la muda es más favorable, pues el ciclo del pelo comienza a regularizarse de forma óptima. La última pérdida de pelo de origen fisiológico viene en compañía de un proceso total y completamente natural que es el envejecimiento, en los perros gerontos encontraremos menor cantidad de folículos en crecimiento y habrá más merma de pelo, principalmente de la subcapa; en la mayoría de los casos el pelo de estos perros es hirsuto al tacto y la apariencia suele ser menos esponjosa, las dietas geriátricas en conjunto con complementos multivitamínicos para la etapa geriátrica nos ayudan a mejorar texturas, pero para esta etapa la perdición de pelo es un proceso fisiológico completamente normal.


En segundo término se encuentra la acción mecánica ejercida por un mal uso de herramientas para el cuidado del manto, siempre es importante tener en cuenta que debemos hacer uso de cepillos especiales, así como productos para el cuidado capilar que sean adecuados. Del mismo modo es importante recalcar que el uso de máquina en el manto doble capa no es recomendable salvo en circunstancias sumamente requeridas, como sería la toma de sangre o canalización en miembros, de lo contrario no es recomendable porque se corre el riesgo de presentar alopecia post clipping, ésta se manifestará en lesiones sin pelo, cambios en la textura, adelgazamiento del pelo con el consiguiente problema en la termorregulación del perro; recordemos que la subcapa mantiene al Pomeranian aislado tanto del frío como del calor, su pelaje no sólo es para verse bien, es un mecanismo de defensa ante el medio ambiente.


La pérdida de pelo secundaria a enfermedades y sus respectivos agentes biológicos como son las bacterias, parásitos u hongos, es de los casos más comunes por los cuales tenemos lesiones en las cuales no sólo el manto se ve alterado sino la integridad de la piel, la tenencia responsable de todas las razas se basa en el uso de la medicina preventiva como método para evitar problemas de cualquier índole en perros mascota, ejemplares de show o pie de cría. Es importante mencionar que la vacunación, desparasitación y visitas periódicas de rutina al médico Veterinario, ayudan de forma contundente a evitar que un problema pequeño se vuelva en uno difícil de tratar.


También es de la mayor importancia mencionar la enfermedad de la piel negra o BSD por sus siglas en inglés (Black Skin Disease), que ha sido reportada en perros con doble capa de pelo como son el Pomeranian, Chow Chow, Keeshond e incluso en el Poodle miniatura, aunque con menor frecuencia desde hace muchos años, pero que a nivel profesional siempre ha mantenido un perfil muy discreto, razón por la cual no ha sido objeto de estudios y por lo mismo se desconoce el origen de tan compleja patología, dentro de los signos de la enfermedad destacaremos la pérdida de pelo generalizada dejando únicamente cabeza y miembros con presencia de pelo en la mayoría de las ocasiones, oscurecimiento de la piel (en caso de ejemplares de color blanco la piel puede o no pigmentarse), el pelo comienza a tornarse hirsuto y el color del mismo se vuelve más apagado, es común que el pelo se torne algo más algodonoso antes de comenzar a perderlo; esta enfermedad no genera síntomas en el paciente como dolor o prurito, no encontraremos anomalías en estudios de sangre, el mayor problema que genera es el fin estético así como debilidad en la piel al ser la principal barrera de defensa del organismo, siendo susceptibles los animales a quemaduras por sobreexposición al sol y parásitos o bacterias oportunistas que fácilmente podrían dañar la salud al no tener el manto de forma normal y sana como mecanismo de defensa.


Si bien la enfermedad se reportó por primera en 1977, su origen aún es desconocido, por lo que es importante verificar que nuestro cachorro curse por las diferentes etapas de la muda de forma normal y estar familiarizados también con la textura normal de un Pomeranian. Cualquier manto excesivamente seco o algodonoso habrá de ser vigilado minuciosamente, así como seguir las pautas de hidratación adecuadas para evitar que haya complicaciones futuras o en el peor de los casos poder solucionarlo eficazmente.


Es recomendable que los cachorros que no hayan mudado correctamente sean vigilados en su evolución y desarrollo para detectar cualquier problema futuro de la piel, usualmente los primeros signos de la enfermedad se manifiestan en torno a los dos meses de edad e incluso hasta los dos años, siendo menos probable que desarrollen la enfermedad después de este lapso.


Durante mucho tiempo se tuvo la idea de que esta enfermedad se comportaba como autosómica dominante, es decir que bastaba con que uno de los padres heredara la enfermedad para que se manifestara en la descendencia, sin embargo, en los últimos años se ha visto que la enfermedad se comporta como autosómica recesiva, siendo necesario que se presenten dos copias del gen para hacer la manifestación de la misma.


Aunado a todo esto la recomendación ante perros sospechosos y posibles portadores es la limitación de los planes de cría y evitar la introducción de estos mismos a cualquier sistema de crianza haciendo uso de la esterilización (que en muchos casos ayuda a la recuperación del manto); así, de la mano de una crianza responsable eliminar dudas y problemas futuros a las líneas de sangre.


El problema de la alopecia X ha acompañado a la raza en varias partes del mundo, es por eso que si bien es un problema que no podemos localizar con marcadores genéticos sí podemos recurrir a la selección y empadrar únicamente con ejemplares de los cuales estamos seguros que provienen de líneas de sangre libres de la enfermedad, la mejor manera de prevenir la enfermedad es mediante el estudio genealógico, sabiendo de dónde viene un perro y evaluando familiares cercanos se puede conseguir un estimado de qué es lo que debería producir un ejemplar, pero no es sino hasta que evaluamos la descendencia del mismo que sabemos si el ejemplar es libre de la enfermedad, pues recordemos que un perro es de acuerdo a lo que produce.


Algunas de las recomendaciones ante cualquier problema dermatológico son:

  • Valoración previa ante el médico Veterinario, es el único profesional de la salud capaz de diagnosticar las enfermedades.

  • Uso de dietas libres de gluten (grano).

  • Complementar la dieta con omegas.

  • Hacer uso del material adecuado (pinbrush, peine y carda suave) para el cuidado del manto.

  • Para el baño ocupar productos de excelente calidad y dejar que actúen al menos por 10 minutos.

  • Baños hidratantes cada 10 o 15 días.


El manto del Pomeranian es la fanera más llamativa que posee, mantener la integridad de ésta es fundamental para tener a este pequeño spitz en óptimas condiciones y protegido del ambiente externo, el popular corte boo no es recomendable, puesto que un recorte tan justo y el uso de máquina pueden comprometer la integridad del manto, todo groomer profesional podrá orientarte de forma amplia sobre productos y el despunte adecuado.


Por último, he de mencionar que un manto sano es el resultado de múltiples esfuerzos por obtener ese máximo potencial en nuestro pequeño gran peludo.

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