Por: Claudia Macías | Criadero Río de Luna
Empieza una nueva aventura… ha llegado a tu casa un rayito de luz lleno de energía que parece muñequito de pilas, pero en realidad es un ser vivo que requiere de todos tus cuidados y amor.
El desprendimiento y cambio de hogar hacia uno desconocido, como es comprensible le va a generar un poquito de estrés, acompañado de algún cambio transitorio en su apetito y horarios de sueño, puede que resulte una noche larga para el cachorro, acompañada con tu emoción de tener en casa a tu nuevo compañero.
Algunos de los aspectos básicos que debemos cuidar a su llegada son:
La vacunación:
La edad mínima ideal para recibir a nuestro cachorro es de tres meses de edad, momento en el que debe estar cubierto hasta su vacuna quíntuple con su respectivo refuerzo; de no ser así, debemos llevarlo al médico veterinario para que valore el estado de su cartilla de vacunación.
Hasta este momento el cachorro no puede exponerse a sitios frecuentados por otros perros, como son los jardines y parques; tampoco llevarlo a caminar por la calle, en general evitar el contacto con otros perros que puedan ser portadores sanos, hasta que haya terminado su esquema de vacunación.
Compañeros de juego:
La raza Yorkshire Terrier es maravillosa y los cachorros son excelentes compañeros tanto de adultos como de niños, se adaptan a todos los espacios; sin embargo, habrá que poner especial atención si hay niños pequeños en casa.
Permítales cortos periodos de juego, alternando con descansos que le dejen disfrutar de su espacio y recuperar energía, descansar, tomar agua o sus alimentos (croquetas); poco a poco el tiempo de juego y la convivencia irán siendo más largos. Es importante enseñar a los niños a respetarlo como un ser vivo y juntos crear lazos afectivos, enseñarles a tomarlos de la forma correcta, a no dejarlos en lugares potencialmente peligrosos como sobre la cama, el sofá, una silla, o simplemente un escalón que para ellos esa altura puede resultar en un accidente de graves consecuencias.
Los juguetes:
Todos los cachorros son especialmente investigadores “todo terreno”, encontrarán el botón perdido, la trampa de la cocina, el cable debajo del sofá, la basurita debajo de la alfombra… por decir lo menos. Es importante proveerles los juguetes adecuados con los que puedan divertirse, hechos de materiales que sean resistentes, sin piezas que puedan tragar; peluches a los que no se les desprenda el relleno, sin cordones que puedan enredarse en cabeza o extremidades y causar estrangulamiento; y JAMÁS darles carnaza (juguete considerado como premio), ya que pueden desprender un pequeño trozo de ese material que resultará muy difícil de digerir y les puede provocar serios trastornos intestinales, desde la pérdida total del apetito, deshidratación e hipoglucemia, hasta la obstrucción intestinal y/o muerte. De preferencia evita los objetos pequeños que puedan causarle una obstrucción respiratoria o intestinal.
Las plantas:
Existen numerosas plantas que resultan venenosas para los perros y dependiendo de la cantidad ingerida serán los síntomas que presenten; los signos comunes por intoxicación son: vómito, dolor abdominal, diarrea, depresión del sistema nervioso central, somnolencia, fiebre, taquicardia, arritmias, dificultad respiratoria, deshidratación, hipoglucemia y -en el peor de los casos- el estado de coma y la muerte.
Las plantas venenosas son la Adelfa, Amarilis, Azalea, Adelfo, Ciclamen, Clivia, Hiedras, Flor de Nochebuena, Hoja Elegante, Hortencia, Crotón y Costilla de Adán.
La alimentación:
Durante los primeros meses de vida y una vez que han iniciado a tragar sólidos, la alimentación estará basada en croquetas premium que cubran sus necesidades nutricionales, estén bien balanceadas y que conserven sus heces firmes, se podrá cambiar su dieta, pero este paso debe hacerse gradualmente, mezclando de poco en poco la croqueta habitual con la nueva para evitar un cambio brusco; más adelante, conforme vaya ganando edad, se podrán incorporar otros alimentos húmedos y/o premios.
Es importante seguir las recomendaciones en cantidad y frecuencia al día dadas por el criador, ya que darle menor ración a la recomendada no hará que su cachorro sea “mini”, sino lo que causará con ello serán deficiencias nutricionales y raquitismo, y por el contrario si sobrealimentamos al cachorro el resultado será obesidad con las consecuentes patologías como diabetes, hipertensión, lesiones ligamentarias, entre otras.
La leche es un alimento que los cachorros tomaron durante sus primeras semanas de vida, pero que después del destete ya no necesitarán nunca más en su dieta. En cambio, el agua purificada siempre debe estar a su alcance y cambiarla todos los días, habrá que considerar que en zonas de calor nuestro cachorro puede tomar agua en exceso para compensar la temperatura corporal, sin embargo este exceso puede resultar contraproducente porque disminuye su apetito y lo llevaría a un episodio de hipoglucemia que debe ser atendido inmediatamente con la administración de glucosa (miel) y asegurarnos que consuma la ración de alimento que le corresponda, una vez que se haya recuperado.
El baño:
Un “yorky” -a diferencia de otras razas-, puede bañarse con mayor frecuencia. Un pelaje limpio es sano y hermoso, el pelo del Yorkshire es semejante al cabello humano y nos permite un baño semanal con un shampoo suave y acondicionador, usaremos agua tibia en una bañera sin cubrir en su totalidad al cachorro y siempre con una mano sujetándolo para evitar accidentes, en el secado utilizamos una toalla para retirar el exceso de agua y terminar con el secador eléctrico en modo suave y a una distancia moderada, evitando el calor tanto sobre la cabeza como la cara que suelen ser áreas muy sensibles a la temperatura alta, en estas partes se recomienda usarlo en modo aire frío.
Podemos aplicar unas gotas de seda (argán, coco, uva…) en todo el pelo para el cepillado (cepillo de cerda metálica y peine también metálico) con el peine vamos a desenredar los nudos y peinar el aérea de cara y cabeza con mucho cuidado de no lastimar los ojos, para el resto del cuerpo usaremos el cepillo. El cepillado entre baños no debe hacerse en seco, ya que electrifica y rompe las puntas, para ello se aplica un spray hidratante de la marca de su preferencia o productos especializados.
Adiestrando al cachorro:
Enseñar a nuestro cachorro a reconocer el área asignada para “hacer sus necesidades” será una tarea laboriosa para la cual requeriremos de toda nuestra paciencia y constancia para tener éxito. La enseñanza es a base de repeticiones, el primer paso será asignar “el área de baño” colocando ahí un pañal de tela o tapete para este propósito. Atención, las primeras muestras de orina que nos encontremos fuera de este lugar si no se detectaron en el momento justo de la acción, no queda más que limpiar y retirar todos los olores para que el cachorro no regrese al mismo sitio, pero cuando observemos que se dispone a satisfacer sus necesidades en donde no corresponde, rápidamente lo tomaremos y lo llevaremos al sitio “asignado”, si logramos que haga sobre el pañal o tapete vamos a darle una pequeña felicitación, él entenderá que fue una acción que a su amo le agradó, y así una y otra vez, acierto y falla, hasta lograr tan ardua tarea. NO se vale regañarlo o usar ruidos golpeando un periódico y menos si encontramos el lugar ya sucio, esto sólo lograría asustarlo y confundirlo porque no sabría el porqué de la reprimenda y lejos de enseñarlo fomentaremos un perro tímido e inseguro. Darle un “NO” será suficiente en el momento justo de la acción, así reconocerá que eso no le agrada a su amo.
La paciencia y constancia será la clave del éxito
Esperamos que estos sencillos consejos le sean de utilidad en tan maravillosa experiencia que ha iniciado con su Yorkie.
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