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Reseña de las exposiciones caninas


Por Francisco Solana Martínez | Director del Museo y Jardín Botánico Nuttall


La capacidad de asociarse del ser humano con su perro, tiene vínculos y alianzas que se han cifrado desde hace muchos años. Las pinturas rupestres encontradas en diferentes sitios, con edades que fluctúan entre los 15 mil años, pueden relatarnos la atención que les hemos brindado a estos particulares mejores amigos.


Muy lejos parecen los años en los que diferentes formas antiquísimas de lobos, repartidos en las regiones circumpolares o en el África, la India y Oceanía, darían formas a perros domésticos que evolucionaron a través de nuestra compañía, en virtud de que nos convertimos en artífices de los condicionamientos especiales y de las actividades con los que hemos expuesto y desarrollado naturalmente a los amigos caninos desde entonces. Este vínculo parece que lo abrió nuestra alianza cifrada con ellos durante la cacería, es decir: los lobos poco a poco descubrirían que cerca de las poblaciones humanas podrían obtener el beneficio de sus desechos alimenticios, pequeños manjares para los lobos. Seguramente mil historias debían cruzarse antes que algún cachorrito fuera llevado al seno de una familia humana y el fenómeno de asociación diera comienzo.


Con la suma de los siglos que se convirtieron en milenios, las diferentes razas de perros fueron creándose al amparo de las necesidades humanas y podemos poner un ejemplo de ese fenómeno. Es decir: habría quien estaría interesado en erradicar a las alimañas y las ratas de su casa o de las trojes con los granos. Así que elegiría como ayuda a los perritos que presentaron más afición y aptitud para perseguir, alcanzar y dar caza a los molestos intrusos; con el tiempo, otros valores habrían de incorporarse a la especificidad, como por ejemplo: al darse cuenta que los perros más chicos tenían la capacidad de escabullirse con mayor facilidad hacia el interior de las madrigueras de aquellos animales a los que se les quería dar caza, posiblemente bajo la tierra o en el interior de las raíces de los troncos viejos y secos de los árboles. Se supone que al percatarse de estas diferencias motivaría a los interesados a escoger a los perritos que fueran los mejores para seguir y dar caza a los animales rastreros, o que se acomodaran mejor al servicio que se pretendía; es el caso de aquellos que se seleccionaban para otros fines. Parece que de esta manera fueron modelándose las diferentes razas.


En cuanto aquellos que requerían un perro fuerte y enorme como guardián de los rebaños, para hacer frente a los lobos y a los osos, o aquellos otros extremadamente ágiles y con una entrega desafiante para cazar leones africanos, entonces elegirían con diversidad de cualidades como fiel de la balanza: los más grandes, inteligentes, fuertes y pendencieros entre aquellos que tendrían disponibles. Las centurias harían lo demás y llegado el momento, la selección calificadora y el conocimiento de causa llegarían para poner nombre y diferenciación a cientos de razas creadas con la especialización que se generó en miles de años de convivencia.

En el devenir de los pueblos del mundo, muchos intereses habrían de sumarse en aquellas funciones que el ser humano contempló a su mejor amigo para que lo ayudara. Ya habían pasado los tiempos en los que era requerido su talento como cazador, con el tiempo se concentraron también las preferencias humanas por los animales que tuvieran dotes como guardianes de rebaños, debían proteger a las vacas, caballos, ovejas y cabras que se empezaban a criar en manadas y los depredadores como lobos, linces, leones, osos y otros carnívoros, daban cuenta de los rebaños, por ello requirieron de los auxilios de nuestros mejores amigos para cubrir ese importante trabajo durante el día y durante la noche, con el cobro únicamente a cambio de un buen plato de comida y mucho afecto.

Las diferentes regiones obligarían a escoger a los animales para la reproducción, aquellos que tuvieran el pelo adecuado para soportar mejor los diferentes climas, así como el color para pasar desapercibidos o bien para hacerse notar, que estuvieran inmensos para dar una buena batalla a los depredadores o bien que fueran pequeños para poder trabajar en los agujeros y madrigueras de multitud de animales a los que el ser humano ha hecho presa durante milenios de compañía con nuestros mejores amigos y aliados de cuatro patas.


Con el desarrollo de las civilizaciones humanas y la exponencial explosión demográfica que supuso el conocimiento del fuego y los metales, crecieron las disputas por las mojoneras y más tarde por los límites territoriales de los reinos, siempre en constante expansión, o bien recibiendo el ataque limitativo del exterior. Este mecanismo expansionista humano emparejó algunos fenómenos como el de la creación de perros de guerra, los cuales tuvieron un despegue enorme durante las campañas de expansión del Imperio romano y las incursiones de los pueblos germanos, sucedidas hace más de 2 mil años en el tiempo.


Los pueblos bárbaros, llamados así por los romanos, fueron los que a la postre habrían de vencerlos y frenaron el expansionismo aplastante que ejerció el influyente Imperio romano de Occidente primero y del Oriente después, con lo cual Europa se repartió como botín entre los ganadores. Este proceso llevó algunos mil años de luchas internas, posiblemente más, y condujo a los ejércitos a crear verdaderos comandos caninos, para defenderse y atacar, durante las guerras entre los pueblos. Entonces se expresaron los molosos y otras razas funcionales muy eficaces, pero cuando las guerras terminaron, los perros quedaron desempleados. Este crítico momento acontecido principalmente después del año 600 de nuestra era, hizo cambiar a muchas razas que hasta ese momento existían, los grandes molosos y los pastores guerreros quedaron expuestos, muchas de esas líneas genéticas se perderían entre las sombras del tiempo. Pero nuestra asociación y el carácter siempre evolutivo de los perros con su gran capacidad de adaptación, les facilitaron el desempeño de nuevas funciones en la comunidad con los humanos, aun cuando ya no eran necesarios los perros de guerra, la afición por ellos hizo posible buscarles otras funciones valiéndose de sus cualidades, el primer paso fue desastroso: Los circos y los espectáculos sangrientos que se ejecutaron por siglos; por fortuna fueron limitados a principio del siglo XIX, en Inglaterra, quien puso la muestra en Europa.

Aquellos ejemplares que algún día se plantaban en los campos de batalla, habían de Re emplearse como guardias en los ranchos y las viviendas, algunos otros fueron concebidos para rastrear y cazar depredadores, algunos mas para arrear al ganado con el fin de acorralarlos en las tareas de los rastros.


La diversidad de perros y de funciones tenía que ver con cada región del mundo, las diferencias las hacía el clima y el tipo de sociedad a las que pertenecían, con el tiempo se fueron perfeccionando las funciones de las distintas razas de perros y la diversificación se enfatizó cuando la sociedad humana toma conciencia de lo útil y benéfico que ha sido nuestra compañía con los perros, subrayo ese momento a partir de principios de 1800 y particularmente en Europa. No obstante existir el interés y los cuidados de sus mejores amigos en todas las regiones del mundo, en China, en Rusia, en Europa, en África y en México, donde se han criado perros antiquísimos desde hace milenios.


Los escenarios de asociación con los perros en Europa y los Estados Unidos de principios de los años 1800, desvirtuó las facultades de los perros al ponerlos a pelear ´por dinero en contra de osos, leones, tigres, lobos, etc. Haciendo resaltar sus cualidades intrínsecas. Este lastimero episodio fue afortunadamente prohibido por las leyes inglesas y el mundo civilizado le siguió de cerca el ejemplo.

No obstante, la afición del ser humano por sus mejores amigos ha dado tropiezos derivado de la formación de los individuos y su visión del mundo, hemos sido valientes e históricamente superamos en casi todos los países y sociedades ese lastimoso y enfermizo entretenimiento. Una manera de solucionar nuestra afición canofila fue sin duda a través de las exposiciones, con lo cual se desestimaron las peleas, las cuales quedaron prohibidas y se encasilló como individuos con perturbación de carácter para quienes las disfrutan. Una reacción social interesante fue el hecho de crearse como una respuesta no claramente preconcebida, pero ejerció las presiones necesarias para motivar la creación y puesta en marcha de las primeras exposiciones caninas de belleza, que sirvieron de aliciente para transferir las voluntades canófilas, con educación y respeto por los seres vivos, las exposiciones facilitaron a las personas de entonces como las de hoy, seguir acercándonos a nuestros mejores amigos, pero desde diferentes iniciativas, voluntades y resultados.


Los beneficios de las exposiciones caninas no se hicieron esperar, ya que inmediatamente la respuesta popular fue positiva, las primeras exposiciones fueron asociadas a la ganadería, y se llevaron a cabo en junio de 1859, en la localidad de Newcastle-Upon-Tyne, en tal exposición se presentaron únicamente ejemplares deportivos y las premiaciones se hicieron entregando armas a los ganadores. Este era tiempo de la vida victoriana, cargada de opulencia derivada del éxito colonialista de la Gran Bretaña.


Los Crufts habrían de convertirse en la competencia canina más prestigiosa del mundo y aceptaron a todas las razas no deportivas. Su presentación arranca en 1891 en el Palacio de Congresos de la comunidad de Birmingham en Inglaterra. Es impresionante observar tal organización y despliegue logístico actual, en tan solo cuatro días, compiten más de 30 mil campeones nacionales de todos los países que así lo deseen, las competencias están organizadas en función de los siete grupos de perros definidos por la Federación Canófila Internacional (FCI), y los concursos versan en Agilidad, (Agility), destreza con el plato volador (Flyball), coreografía con baile, (Hellwork to music) y Obediencia (obedience).


En tanto, en las Américas la inercia empujada en Europa llega con la exposición: Westminster Kennel Club (WKC), fundada en 1870, actualmente compiten por los premios: Mejor ejemplar de la raza, como primera presea, Mejor ejemplar de grupo, es el siguiente escalafón, y Mejor ejemplar de exposición, que lo convierte en el mejor calificado por los jueces.


Del 8 al 10 de mayo de 1877, se llevó a cabo la primera exposición anual de perros en Nueva York. La exposición se desarrolló en los prestigiosos espacios de Gilmore, en la avenida Madison y la calle 26, de la Gran manzana. El estreno fue todo un éxito, a tal grado triunfó que tuvo que prolongar su presentación un día más. Actualmente entran a la exposición un promedio de 3,200 campeones a las pistas.


En 1888, la fecha de la exposición fue cambiada al mes de febrero.


Los jueces, personajes centrales en estos eventos, generalmente son personas con bases en conocimientos afines a la canofilia, aunque no necesariamente. Este universo de personalidades diversas, tienen la enorme responsabilidad de memorizar el estándar racial de más de 400 formas distintas, tal dispersión del conocimiento los obliga a especializarse por cada uno de los 7 grupos de perros diferenciados, es decir: con atención más profunda acerca de las razas de los cazadores, ovejeros, o los de compañía, entre otros. Los jueces van a determinar que los ejemplares presentados reúnan las características establecidas para cada raza, el apego al estándar es medular, este debe corresponder a los parámetros aprobados por la Federación Internacional Canófila, quien recibe el apoyo y se nutre constitutivamente de las asociaciones de criadores de cada raza, los eventos concentran la mejor inversión en investigación, selección, mercados, mejoramiento genético y perfeccionamiento de los individuos apegados a normas raciales preconcebidas, para destacar ciertas funciones específicas en cada raza, así pues, los concursos no son particularmente para ver si un perro es mejor que otro, eso sería tanto como una abstracción, los concursos son para determinar aquellos que acercan de mejor manera al estándar racial definido por especialistas.


Durante los concursos se procura que los ejemplares se apeguen al estándar lo mejor posible y que dentro de esos lineamientos, cumpla con criterios preconcebidos en los que destaca la belleza y la salud, descarte algunos problemas, prefiera ciertos colores, formas tamaños y pesos que son destacables en el terreno funcional y particular de cada raza, por consiguiente, podemos observar a los concursos canófilos, no sólo como una exposición de belleza y nada más. En cada exposición van muchos criterios aplicados, horas hombre en el abordaje de la investigación y la crianza, en la aplicación de tecnología e inversión económica. La industria canofila sostiene a un importante sector de la población, desde el empleo obtenido para sacar a pasear a los animalitos, hasta la producción de los alimentos y los medicamentos, los accesorios y el mundo de la genética aplicada, para encumbrarse después de una importante exposición, como las que se presentan actualmente, plenas de versatilidad y oportunidad tanto para nuestros mejores amigos como para todos los que participan dentro de tal universo.

Las competencias caninas no nada más engloban el universo Fashion de los perros más glamorosos, por supuesto que está presente ese ingrediente indispensable, pero no significa todo en la organización de tales eventos. Posiblemente uno de los enfoques más interesantes a mi juicio, sea que, al apegarse al estándar de cada raza, nos conduce a elaborados protocolos que han sido modelados por entusiastas criadores a través de centurias, los mejores resultados y los más conocedores individuos han perfeccionado y exaltado las cualidades de cada raza, al seleccionar a consciencia y con base en los conocimientos de causa, a cada una de las camadas que se comprometen para procrear.


Los resultados de camadas estudiadas y analizadas desde la exploración del pedigree, los resultados en las pistas, el comportamiento y el temperamento certificados, la salud animal analizada y certificada en general, el acortamiento de algunos problemas mórbidos o defectos indeseables en cada raza, arrastrados desde su formación hace centurias. Gracias a las exposiciones pueden resolverse en parte tales inconvenientes, pues se requieren para titularse, certificados médicos que garanticen la óptima salud de los campeones, los cuales seguramente se convertirán en los progenitores de las mejores camadas de cada raza en el futuro y en situación de mejoramiento específico. Este proceso zootécnico tiene como resultado no solo la diversión y el entretenimiento lucrativo de los involucrados, sino que contribuye a la selección de los campeones que reflejan belleza, salud y especialización para un sinnúmero de funciones asociadas al ser humano y su devenir a través del tiempo. En esos eventos se destacan con los títulos conferidos a ellos.


En 1894 se llevó a cabo la primera Gran Exposición Ganadera en México, fue un evento de los que atinadamente el entonces presidente: Porfirio Díaz, fue el protagonista. Para nuestra sorpresa, se expusieron los mejores ejemplares que en ese momento existían en nuestro país, lo destacable de la anécdota es que existió un apartado para la exposición en la que prosperaron las vacas y los caballos, pero también hubo uno en el que se contempló el Ganado Canino, no obstante, este tema fue subsumido en la celebración. Los aficionados habrían de presenciar una exposición de belleza canina propiamente dicha hasta 1908, pero desgraciadamente dos años más tarde, se desata el movimiento revolucionario en nuestro país y con ello se interrumpe la inercia generada en 1894. Este esguince para las exposiciones no habría de renovarse sino hasta 1939.


Fue hasta 1964 cuando la Asociación Canófila Mexicana A.C. se incorporó a la Fédération Cynologique Internationale (FCI), con sede en Bélgica, con lo cual se abrió la oportunidad para que nuestro país participara como sede de importantes eventos nacionales e internacionales, en los que se han disputado los premios otorgados por la FCI. Como sucedió en mayo de 1978, en el que se llevó a cabo el primer campeonato mundial en nuestro país.

A partir de 1986, las cosas habrían de cambiar en materia de exposiciones canófilas en México, ya que inició una serie de eventos intitulados: Expo Can, evento en el que se destacan las particularidades de cada raza y su importante vinculación al servicio y disfrute de ambos: perro y persona, lo cual facilitó que nuestro país se pusiera a la vanguardia a nivel internacional.


Ahora la rueca de los grandes eventos facilita la presentación y la premiación de los mejores perros en México, con pruebas tales como: el Gran Campeón Mexicano 2023, habrá premiaciones a los mejores ejemplares en las diferentes especialidades, así que el público en general podrá apreciar: El Tercer Encuentro de perros de Búsqueda y Rescate, la premiación del Perro del Año en Obediencia y Agilidad, las pruebas de temperamento, y las exposiciones de todas las razas de perros del mundo.


Como apreciamos, la evolución en este campo de las exposiciones ha mejorado sustancialmente y nos muestra la versatilidad de funciones que nuestros mejores amigos han sido capaces de alcanzar, valiéndose de sus aptitudes y la selección de sus amigos humanos responsables, quienes el principal ingrediente invertido en el tema es el interés generado por el amor profesado a nuestros mejores amigos, aunque cada individuo lo proyecte de diferentes maneras, lo cierto es que sin amor, constancia, dedicación y muchas horas de compañía, no podría llevarse a un hermoso ejemplar a obtener el título de campeón que muchos aguardan con especial entusiasmo. Tal proceso ensambla actividades de diferente manera, generando círculos virtuosos que contribuyen al mejoramiento en general.


Como en todas las actividades humanas existen quienes están a favor y quienes están en contra, valga observar que hasta en procesos tan sublimes como en las religiones existen los detractores, no obstante, los resultados de los enormes esfuerzos humanos a través de milenios por asociarnos, querer y estar acompañados de nuestros mejores amigos nos ha hecho contribuir en su especialización, es entonces que las exposiciones, antes de cualquier otra cosa, son la sumatoria de los esfuerzos humanos por alcanzar los mejores momentos en compañía de los canes, considero que antes que cualquier mecanismo de limitación las exposiciones y la crianza especializada, deberían tener un lugar especial en el desarrollo de la zootecnia humana a través del tiempo y, en todo caso, los aspectos normativos y las reglas claras podrían ser alicientes para quienes consideran que las exposiciones no son benéficas para los perritos. Personalmente he visto ejemplares que disfrutan tanto su entrenamiento antes de los concursos, que los hinchas de gusto en las pistas y parece que reconocen los aplausos y los aspavientos, creo que lo disfrutan, pues ven a sus amigos humanos muy interesados en el tema.


Debemos ser perceptivos y respetuosos, tal vez al crear mecanismos que nos alienten a ser mejores sin menospreciar, ni señalar negativamente los esfuerzos de los demás, aun cuando nuestra falta de conocimientos nos orille a crear falsas apreciaciones acerca de lo que posiblemente no entendamos a cabalidad.


Aun cuando existe la evidencia clara frente a nosotros, en la que observamos que entre los mejores lugares y entre las mejores personas, siempre habrá alguien que no haga las cosas correctamente, no podemos señalar a todos por igual. Esta disyuntiva podría tener una solución pragmática para todos los interesados, si se crearan normativas en las que participaran los sectores proponentes y oponentes, para beneficio de nuestros mejores amigos y en aras de la armonía en la que debemos vivir y procurar existir.


Por el momento, la efervescencia de la relación con nuestros mejores amigos es cada vez más estrecha, cercana y respetuosa. Los vínculos creados con ellos son importantes y reflejan nuestro tránsito y los diferentes escalafones alcanzados en nuestro desarrollo común como sociedad, en la que de manera relevante los perros forman parte de nuestros núcleos familiares, esta es la realidad, cada vez nos acercamos más, nos conocemos más y las exposiciones nos ayudan a evaluar los avances que hemos alcanzado y proyectan las ventajas de una vida mejor para la mayoría de los perros.

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