Por ANTARA SEMPER | Mara Desiree Flores Lemus
El Husky es una de las razas más antiguas del mundo. Es un perro con apariencia de lobo, hermoso e independiente, que no resulta muy adecuado para dueños primerizos.
Debido a su belleza, algunas personas eligen este perro como compañero, sin conocer su temperamento. Al no lograr mantener el liderazgo, terminan con un animal rebelde que pesa alrededor de 25 kilos y se ha vuelto una pesadilla y un problema a la vez. Si te gusta este perro, dedica tiempo a informarte sobre sus características. Si eres un dueño firme y capaz de adiestrarlo, disfrutarás muchas aventuras y tiempo con él, porque además son súper divertidos.
El Husky no es un perro para cualquiera; como ya lo dije antes, debes estar muy seguro del paso que darás al adquirir este majestuoso perro que te enamorará día tras día y te enseñará muchas cosas, debes estar seguro que tienes el tiempo necesario para dedicárselo, así como la disponibilidad de aprender y leer mucho antes de adquirirlo, para saber si serás capaz de convivir con este perro excepcional. La falta de información lleva muchas veces a sorpresas que terminan con el perro abandonado en una azotea, regalado o, en el peor de los casos, en las calles, y esto no debe ser así.
El Husky es un perro de gran temperamento que necesita ser bien adiestrado y sociabilizado para que tenga equilibrio en su carácter.
El Husky es un perro muy inteligente e independiente. Es cariñoso, pero no se trata de un perro que busque atención continua. No es agresivo y suele llevarse bien con otros perros y con los niños. Sin embargo, no se trata de una raza que se preocupe demasiado por complacer a su dueño y su alta independencia le convierte en un animal difícil de entrenar.
No resulta adecuado para dueños primerizos o de suave carácter, ya que el Husky necesita un dueño seguro y con experiencia, que sepa establecer las reglas y mantener el liderazgo. De lo contrario, se convertirá en el alfa de la manada. Se trata de un perro con alta conciencia de manada, por lo que si te muestras como un líder eficiente, te respetará. De lo contrario, disputará tu posición e intentará tomar el control. Debes ser consciente de que el perro te pondrá a prueba de vez en cuando y es necesario saber afirmarte como líder.
Además, el Husky es famoso por su tendencia a escaparse. Por ello, deberás revisar a menudo tu patio o jardín y colocar cercas que el perro no pueda saltar. También debes asegurarte de que no pueda cavar túneles.
Si adiestras bien a tu Husky, tendrás un compañero maravilloso que no cambiarás por ningún otro perro. Los amantes de esta raza adoran su naturaleza independiente y saben que, bien adiestrados, son divertidos, sociables y compañeros leales para toda la vida.
A pesar de que nos encontramos con un perro con un pasado marcado por relaciones sociales en las que la manada lo dominaba todo, el Husky Siberiano es un perro que se entrega a la vida en familia y a su dueño de manera total, ofreciendo altas dosis de complicidad y cariño a todos los que conviven con él.
Empero, esta relación debe ser bien planteada por parte del ser humano por lo que hemos comentado: en la manada, la jerarquía condiciona todas las relaciones entre los miembros de la misma. En la manada, esta jerarquía se establece entre los ejemplares dominantes y los dominados, quienes seguirán a aquéllos de manera ciega.
Este es uno de los aspectos más valiosos en el carácter de esta raza, pues cuando se consigue establecer esa jerarquía, nuestro perro se convertirá en la mejor de las compañías.
Por ello, la sociabilización y adiestramiento del cachorro son aspectos indispensables para lograr que el Husky se entregue a nosotros de manera incondicional. Posiblemente no nos verá como a su amo, sino como al Husky Siberiano líder de su grupo.
¿Cómo podemos conseguir esta situación ideal? Pues trabajando desde que el perro es un cachorro. Después de separarlo de su madre, el Siberiano comienza a trazar lazos con el ser humano, y esos primeros momentos adquieren suma importancia.
El criador es el primero en establecer vínculos con los cachorros hasta que estos llegan a su nuevo hogar. La sociabilización comienza aquí y debe hacerlo de manera correcta.
El contacto con personas de todo tipo (adultos o niños, conocidos y desconocidos) resulta de gran relevancia.
Cuando llegan a su nuevo hogar, el cambio puede resultar muy traumático, pues cambia a sus semejantes (madre y hermanos) por una nueva «manada» en la cual no sabe cómo posicionarse y donde se puede sentir desorientado. El afecto y las primeras reglas (delimitación de comportamiento) llegan en ese mismo momento, pero contrariamente a lo que pudiera parecer, esto se convierte en la mejor experiencia en esa situación nueva para el Husky, que aprende lo que se espera de él, algo que le relaja y le permite disfrutar más y mejor de su nuevo entorno y manada (familia).
Es importante recalcar que el Husky Siberiano es considerado un “perro de trabajo” y por ello es necesario que su humano sea líder y le deje en claro su posición para una mejor relación y respeto entre ambos. Puede resultar que en varias ocasiones tu Husky te ponga a prueba e intente tomar el control de vez en cuando, pero cuando esto suceda es importante no ceder y hacerle ver quién manda. Tienes que dejar claro que tú eres el líder, ¡jamás utilices la violencia! Tu Husky es inteligente, sólo debes confirmar las reglas básicas con claridad y consistencia.
Existen algunos deportes y actividades que puedes desempeñar en compañía de tu Husky:
Paseos de larga duración. Puesto que son peludos que en sus orígenes se utilizaban para trineos, estos compañeritos pueden ser ideales si queremos dar un largo paseo por la montaña o en el bosque.
El carting. Se trata de correr tirando de un carrito con peso.
El mushing o sleddog. Es meramente tiro de trineo.
El bikejoring. Es salir a montar en bici unidos mediante un arnés.
El skijoring. Es similar al mushing, pero se practica montado en esquíes.
Canicross. Es básicamente correr con tu Husky, pero portando el equipo correcto ambos para no lesionarse y ejecutando ciertos comandos de dirección básicos.
Existen muchas asociaciones y equipos a los cuales puedes afiliarte hoy en día, para activarse juntos y dejar atrás una vida aburrida y sedentaria. El Husky es el perro perfecto para disfrutar de espacios abiertos y activarte.
Hablando un poco más sobre liderazgo debemos remontarnos un poco al origen de todo. Los perros descienden de los lobos; no obstante, los perros no son lobos y se comportan como perros, cual debe ser, y los lobos no se comportan de la forma en que nosotros pensamos que lo hacen.
Los lobos viven en grupos familiares de estructura similar a la humana y, como en cualquier grupo social, existen normas que guían a la manada con la intención de proteger al más débil. Los líderes se establecen con un propósito y se erigen con justicia y beneplácito, sin autoritarismo ni tiranía —los tiranos son derrocados—. Nosotros somos parte de su manada, por lo que debemos tratarlos como parte de la misma, sin intimidación.
En la naturaleza, luego de cazar, la presa es dividida. Si es pequeña, los padres comerán primero para obtener la energía necesaria para una nueva cacería y, además, con el fin de regurgitar comida suficiente para los cachorros más débiles, y los hermanos mayores esperarán las sobras porque son más fuertes. Si la presa es grande no harán caso de la jerarquía y todos comerán por igual, y en caso de que la hembra esté criando alguna camada, el macho cederá su parte para asegurar la supervivencia de la manada.
Este comportamiento social solidario habla mucho sobre la esencia del Husky Siberiano que además, de todas las razas domésticas, es el que más cercanía física y de temperamento tiene con el lobo, por tanto, aún conserva muchas conductas natas de manada. La naturaleza del perro, nuestro mejor amigo, se encuentra arraigada en la misma genética, por lo que no resulta muy difícil deducir qué tipo de comportamiento debemos tener para que nos respete y quiera: ¡trátalo como familia!
Existen algunos mitos que se han ido haciendo populares y que tienen poco o mucho que ver en el camino al entendimiento de la raza y nuestra relación con nuestros huskies.
Mito: está prohibido pasear por delante del amo.
Siguiendo la lógica de la manada, sería extraño que un perro joven e inexperto dirigiera la caza; el control de los padres queda en evidencia según la posición que ocupan mientras caminan. No obstante, si paseas con tu perro para alimentar su amistad, sería normal que éste disfrute de su libertad, mientras seas tú quien decida el camino.
Mito: no debes dejarlo subir al sofá o permitir que duerma contigo en la misma cama.
Si bien es cierto que el líder de la manada tiene preferencia, esto sucede por pura lógica. Los lobos descansan en lugares altos para controlar el entorno y estar alerta; es una conducta de protección —debajo de ellos se encontrarán los que deben ser protegidos—. Evidentemente, todo animal buscará la comodidad por instinto, y dormir en un cálido sofá es una propuesta interesante, que para nada supondría un conflicto de autoridad. En lo que a la cama se refiere, mientras que el líder provea a sus protegidos un lugar de igual abrigo y protección, resulta conveniente dedicarles un lugar más bajo.
Mito: sometimiento y juego.
La conocida técnica del alpha-rolling (colocar al perro panza arriba por la fuerza), en realidad es un comportamiento ritual, una forma de comunicarse en la manada; es una declaración de intenciones, un mensaje de «no quiero tener problemas». Realizar esto a la fuerza, representaría violencia y peligro en la manada. Este tipo de reacción debe ser voluntaria siempre.
En lo que a juegos de tire y afloje (y en cualquier tipo de juego) se refiere, debemos decretar lo siguiente: el cerebro de los perros sabe diferenciar el juego de la lucha, son mecanismos distintos —si bien se retroalimentan—. El juego refuerza los lazos y estimula la actividad.
Que los perros son grandes amigos de los humanos es una verdad universal. Lo corroboran incluso los resultados de algunas investigaciones cuando concluyen que entre los perros y las personas se establece un vínculo parecido al de los padres con sus hijos pequeños.
Sabemos por experiencia que cuando la relación está consolidada, es difícil imaginar la vida del uno sin el otro, pero a veces, por falta de tiempo o cualquier otro motivo, uno puede sentir que el vínculo entre perro y humano se va enfriando.
Porque no todo consiste en alimentarlo, cuidar de su salud, dar los paseos diarios o dejarle que se acurruque a nuestro lado mientras nos sentamos en el sofá.
Si quieres reforzar la relación con tu Husky, hay muchas más cosas que puedes hacer por ellos:
1. ADIÉSTRALO EN POSITIVO
El adiestramiento de un Husky es el pilar básico para lograr una buena sintonía con él. Enseña a tu Husky en positivo, sin castigos, con cariño y recompensas, y tendrás a un perro seguro de sí mismo, integrado en el entorno y feliz.
Muéstrale las pautas básicas, como “siéntate”, “levántate” o “quieto” y añade progresivamente otras órdenes que puedan realizar juntos. Al adiestrarlo notará que te preocupas por él y se estrechará el vínculo afectivo. Un perro amaestrado sabe comportarse y te liberará de tener que controlarlo en todo momento.
2. MANTÉN CONTACTO VISUAL
Seguro que has oído hablar de la oxitocina, también conocida como la hormona del amor.
Esta sustancia, no sólo interviene en la relación entre humanos, sino también entre los animales. Resulta que cuando miramos a nuestros peludos, aumentan sus niveles de oxitocina. Ésta rebaja los sentimientos negativos, como la ansiedad o el estrés y aumenta la confianza y la relajación. Así que no escatimes tus miradas cómplices y cariñosas a tu peludo, pues con este gesto tan sencillo, reforzarás enormemente el vínculo que los une.
3. CONOCE SU CARÁCTER.
Si deseas fortalecer los lazos que te unen a tu perro, debes conocer muy bien cuál es su temperamento, carácter y necesidades propias. Si son extrovertidos, disfrutarán de otros perros y humanos. Si son algo tímidos, tendremos que presentarle a sus posibles amigos poco a poco.
Trata de saber todo aquello que le disgusta y lo que le encanta, para evitarlo u ofrecérselo. Observa cuándo está con ganas de actividad y cuándo pide calma, para programar la actividad o el descanso.
4. RECONOCE SU LENGUAJE CORPORAL.
Los perros son unos seres inteligentes, capaces de expresarnos con gestos y miradas todo lo que desean o necesitan. Mediante su lenguaje corporal nos dicen si están tristes, contentos, estresados, o cuánto nos aman. A su manera, siempre se las ingenian para hacernos saber lo que quieren.
La observación es esencial para captar el significado de cada gesto. Si estornuda, bosteza y se lame los labios, es posible que se sienta nervioso. Si nos muestra su barriga, nos estará diciendo que tiene una confianza plena en nosotros. Nos bastará con estudiar el significado de sus gestos para que se sientan comprendidos y aumenten el afecto que nos profesan.
5. SALIR DE EXCURSIÓN JUNTOS.
Cuando planificas una excursión conjunta con tu Husky, ya tienes muchos puntos positivos en el refuerzo de su vínculo afectivo, porque pocas cosas hay que les guste más a los huskies que correr por la montaña, al lado de su amigo humano.
Para tu perro, corretear, olfatear y explorar nuevos paisajes y sonidos junto a ti, son experiencias que no va a olvidar, y seguro que tú tampoco.
6. ACARÍCIALO A CONCIENCIA.
Algo que siempre tienes a mano, y nunca mejor dicho, es la oportunidad de acariciar a tu perro para reforzar su relación.
Hazlo con consciencia, prestándole toda la atención que se merece y olvidándote en esos momentos del móvil (teléfono celular), el televisor o las redes sociales. Procura que tu perro sienta que estás por él. Antes de empezar a acariciarlo, llámalo por su nombre, míralo de vez en cuando y háblale en tono cariñoso.
7. HAZLE MASAJES RELAJANTES.
Si tienes un perro al que le gustan los masajes, no lo prives de esos momentos de relax. Empieza haciendo masajes suaves detrás de las orejas, cuello y espalda… poco a poco irás descubriendo lo que más le gusta y la presión que desea recibir. Esta es otra de las múltiples formas de reforzar la relación y tu peludo te lo agradecerá infinitamente.
8. DISFRUTAR DE UN DIVERTIDO DÍA DE CAMPO.
Cuando hace buen tiempo, ¿qué mejor idea que preparar una excursión para comer o merendar sobre la hierba en el campo? En cuanto asocie la palabra pícnic con salida al aire libre, lo verás moviendo la cola, loco de contento.
No olvides la cesta con el mantel, los bocadillos, las bebidas, la comida de tu perro y alguna que otra golosina. Aprovecha este día para afianzar la relación, juega con él y atiende sus peticiones. Un buen día en buena compañía será todo lo que necesite tu perro para asociarlo con sentimientos gratos que le harán tenerte aún más afecto.
9. PRACTICAR ALGÚN DEPORTE.
Una forma sana de fortalecer no sólo los músculos, sino también la relación con tu Husky, es salir a correr juntos. De esta forma ambos saldrán beneficiados, ya que no es lo mismo correr en solitario que hacerlo con un compañero que nos motiva cuando flaqueamos. Cuando tu perro se acostumbre a correr contigo por la montaña, la playa o el parque, será el primero en situarse en la línea de salida.
10. PRÉSTALE ATENCIÓN AL PASEAR.
Aprovecha cada momento que pases junto a tu perro para estar de verdad con él. El paseo diario puede convertirse en un tiempo precioso, sobre todo si apartas tus problemas y distracciones para favorecer el vínculo con miradas y palabras afectuosas.
Concéntrate en tu peludo, sincroniza tus pasos con los suyos y hazle saber con tus gestos y acciones que te encanta vivir junto a él estos ratos de esparcimiento. Tu perro se sentirá aún más importante si en vez de quedarse solo en casa decides compartir con él esos lugares que tanto te gustan.
11. MANTÉN LA CALMA.
Si quieres que tu perro confíe en ti y se sienta seguro con tu presencia, debes mantener la serenidad incluso en los casos en los que haga alguna trastada y estés a punto de perder los estribos. Los perros son sumamente sensibles y captan rápidamente el estado de ánimo de las personas con las que conviven. En vez de enfadarte con él y gritarle, respira hondo y trata de hacerle entender lo que está bien y lo que está mal.
12. VIAJA CON TU FIEL COMPAÑERO.
¿Has pensado que viajar con tu perro puede fortalecer su vínculo? Si ya conoces la experiencia, sabrás que los beneficios son tantos que vale la pena llevarlo a tu lado, se trate de un trayecto corto, mediano o largo.
En el caso de que sea la primera vez, te quiero decir que tu peludo es un compañero de viajes excelente, siempre dispuesto a salir a donde tú decidas y a explorar nuevos territorios. Así te evitas también el tener que añorarlo por haberlo dejado en un refugio o en casa de familiares o amigos.
13. DEJA QUE ESCOJA SUS JUGUETES.
La emoción que siente un niño cuando entra en una juguetería es algo especial, un instante en el que la felicidad inunda su cara, mientras nos lanza una mirada cómplice, como diciendo: “quiero esto”.
Dado que en el fondo nuestros perros son como niños, ¿por qué privarles de estos momentos mágicos? Llévalo contigo al establecimiento especializado en animales y deja que escoja el juguete que más le atraiga. De alguna manera tu perro se sentirá más apegado a ti, al asociar el nuevo juguete con una situación agradable que has creado.
¿Cómo reforzar el vínculo con nuestro perro?
Para recuperar o reforzar el vínculo con nuestro peludo, que tanta complicidad y seguridad nos proporciona, tenemos que ponernos manos a la obra, ser constantes y disponer del tiempo necesario. Los perros se sienten seguros, queridos y felices con las palabras de afecto, pero sobre todo con los hechos.
Recuerda que ellos captan nuestro amor en todo momento: cuando los adiestramos, al entrenarlos para que nos obedezcan, al proponerles ejercicios de olfato, o simplemente teniéndolos como compañeros de nuestras carreras por la montaña. Al reforzar el vínculo, tu Husky comprenderá cuánto significa para ti.
Por último, el Husky es un perro que no reacciona bien ante entrenamientos con violencia o por sumisión. Si lo llevas con algún entrenador que ocupe estas técnicas, sal corriendo porque lo único que lograrás es fracturar tu relación con tu perro y que éste -a su vez-, se vuelva un perro desequilibrado. El Husky actúa por voluntad propia como parte de tu manada, tu compañero y fiel amigo, no debes jamás olvidar que a diferencia de otras razas, él te complacerá por fidelidad y amor, jamás por sumisión u obligación.
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