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Guía de crianza para el Bulldog Inglés: compromiso, conocimiento y pasión

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Por C. P. Luis Israel Velázquez Juárez | Criador


Como criador profesional, puedo afirmar que el Bulldog Inglés es una raza fascinante, llena de carácter y nobleza. Sin embargo, su crianza no es para cualquiera; exige un profundo compromiso, conocimiento especializado y una verdadera pasión por la raza. Este artículo es una guía esencial para quienes aspiran a criar Bulldogs Ingleses de manera responsable, asegurando la salud, el bienestar y la preservación de sus características distintivas, cumpliendo con el estándar de la Federación Cinológica Internacional (FCI).

 

1. La crianza responsable: un acto de amor y conocimiento


La crianza no se trata solo de producir cachorros, como muchos así lo entienden, sino de mejorar la raza. En sentido individual, todo criador profesional busca desarrollar su propia línea con el fenotipo que caracterice a su afijo. Esto implica una selección rigurosa de los reproductores mediante el análisis de sangre y sistemas de cruce; un profundo conocimiento de la genética, la salud y el temperamento de los ejemplares; y un compromiso inquebrantable con el bienestar de cada perro.


Selección de reproductores: la base del éxito


Salud integral: prioridad absoluta. Ambos padres deben contar con certificados de salud que descarten displasia de cadera y de codo, problemas cardíacos (estenosis pulmonar), luxación de rótula, enfermedades oculares y, muy importante en el Bulldog, problemas respiratorios (síndrome braquiocefálico). Recomiendo encarecidamente pruebas genéticas para descartar enfermedades hereditarias conocidas.


Conformación estándar: los reproductores deben ajustarse al estándar de la raza FCI, lo que implica una estructura equilibrada, cabeza robusta, cuerpo compacto y musculoso, y un movimiento característico. La conformación influye directamente en la salud y la funcionalidad del perro.


Temperamento equilibrado: los Bulldogs Ingleses son dulces, valientes y leales. Los reproductores deben mostrar un temperamento estable, amigable y confiado, pues esto se transmite a la descendencia. Evita ejemplares agresivos, excesivamente tímidos o nerviosos.

Líneas de sangre confiables: investiga a fondo los pedigríes para entender las fortalezas y debilidades de cada línea. Consulta con otros criadores respetados y mentores para obtener información valiosa.

 

2. El proceso de reproducción: un desafío único Celo y cubrición (monta)


Monitoreo del celo: resulta crucial determinar el momento óptimo para la cubrición. A menudo se requieren pruebas de progesterona realizadas por un veterinario, ya que la observación visual del celo puede ser engañosa.

Inseminación artificial: debido a la conformación física del Bulldog —cabeza grande, cuerpo pesado y estructura de cadera— la monta natural puede resultar difícil o imposible. La inseminación artificial (vaginal o transcervical) es una práctica común y a menudo necesaria para asegurar la fertilización.


Gestación y parto: una intervención necesaria


La gestación dura aproximadamente 63 días, pero el parto en el Bulldog Inglés suele realizarse por cesárea programada:


Razones de la cesárea: la combinación de la gran cabeza de los cachorros y la estrechez de la pelvis materna hace que el parto natural sea de alto riesgo, tanto para la madre como para los cachorros.

Planificación veterinaria: trabaja con un MVZ especialista en razas braquicéfalas. Programa la cesárea basándote en pruebas de progesterona y, si es necesario, radiografías para contar el número de cachorros.

 

3. Cuidado de la madre y los cachorros: las primeras semanas cruciales


Cuidado de la madre

Recuperación postcesárea: la madre necesitará manejo del dolor y monitoreo de la cicatriz.

Producción de leche: comprueba que produzca suficiente; si es baja, complementa con fórmula para cachorros.


Ambiente tranquilo: proporciona un espacio limpio, cálido y silencioso donde madre y crías se sientan seguras.


Cuidado de los cachorros


Vigilancia constante: los cachorros son muy vulnerables: asegura que todos amamanten, estén cálidos y respiren adecuadamente. Ayúdales a encontrar los pezones si lo necesitan.


Termorregulación: al nacer no regulan su temperatura; mantén la paridera entre 29 °C y 32 °C la primera semana, disminuyendo gradualmente. Hoy en día existen tapetes electrónicos que regulan la temperatura y te ahorrarán muchos contratiempos.


Higiene: mantén la paridera impecable para prevenir infecciones.


Socialización temprana: conforme crecen, acostúmbralos a distintos sonidos, texturas y personas en un entorno seguro.

 

4. Compromiso con el futuro: más allá del nacimiento


Destete y alimentación

Introducción a sólidos: a las 3–4 semanas, ofrece alimento de alta calidad para cachorros remojado en agua.


Transición gradual: haz el cambio de dieta de forma paulatina para evitar problemas digestivos.


Salud y prevención

Desparasitación y vacunación: sigue el programa recomendado por tu veterinario.

Revisiones periódicas: realiza chequeos regulares para vigilar el crecimiento y desarrollo.


Búsqueda de hogares responsables

Investigación profunda: coloca tus cachorros solo en hogares que hayas evaluado a conciencia. Pide referencias, realiza entrevistas y asegúrate de que comprendan las necesidades de la raza.


Contrato de venta: emplea un documento que detalle garantías de salud y expectativas de cuidado.


Soporte continuo: ofrece asesoría de por vida a los nuevos propietarios.


Criar Bulldogs Ingleses es una experiencia gratificante, pero exige tiempo, recursos y una dedicación inmensa. Si asumes este compromiso con la ética y el conocimiento que la raza merece, contribuirás a conservar la salud, el temperamento y la belleza de estos maravillosos compañeros.

 
 
 

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