Por. Jenny M. E. Aragón Leyva, experta en
Intervenciones Asistidas con Animales;
Directora de “Dejando Huella Educando”, Querétaro.
Aunque parecería muy obvio y evidente decir que hay importantes diferencias entre un perro mascota, un perro deportivo y un perro de trabajo, creo que es relevante y pertinente mencionar algunas de sus características y especialmente las implicaciones para el manejador de cada tipo de perro.
Un perro mascota, un perro familiar o de compañía, es un animal comprado según los gustos y/o expectativas de la familia, en la mayoría de los casos de forma espontánea. En muchas ocasiones también llega a la familia como un regalo, sin ningún aviso o consulta previa, por lo que en estos casos el perro podría o no encajar en la dinámica familiar. Si la conjunción de los roles de familia, tiempos, trabajo, espacio e interés son adecuados, es posible que este perro acompañe a la familia toda su vida. Desafortunadamente muchos de estos perros no tendrán la vida soñada, algunos experimentarán negligencia y abusos en sus cuidados, otros acabarán regalados y unos más en el rancho o abandonados. En este sentido lo que sería recomendable es que este perro tuviera un trabajo de adiestramiento básico que permita tener una buena comunicación y convivencia con la familia, pero estrictamente hablando no hay ningún requerimiento que cubrir. En un mundo ideal, cada familia o persona adquiriría de manera consciente el compromiso de ser un tutor y de capacitarse en temas de bienestar animal y responsabilidad cívica, que le permitan disfrutar de la compañía, complicidad y amistad que un perro puede traer a su vida, a nuestra vida, a la vida de todos.
Un perro deportivo sería el que fue especialmente pensado para practicar un deporte. Generalmente, dependiendo del deporte que se vaya a realizar, se buscará una raza acorde, es decir, que por su función zootécnica sea no sólo compatible, sino incluso una expresión de su comportamiento y habilidades naturales. Cabe considerar que puede haber individuos que, aunque no sean de la raza por excelencia que destaca en el deporte, puedan practicarlo. Para destacar en cualquier deporte canino es necesario un gran compromiso por parte del manejador, ya que la preparación para participar en los circuitos nacionales e internacionales requiere de mucha disciplina. Se ocupa también de una gran inversión en alimentación, equipo, viajes, entrenamiento, médico veterinario, cuotas de los clubes, etc. Además, es necesario conocer y respetar los reglamentos de cada grupo y/o categoría del deporte que se practique. En función de lo mencionado, queda claro que un perro deportivo destacado no es una casualidad, definitivamente es un objetivo que se va construyendo poco a poco y que siempre ha de requerir de tiempo, dinero y esfuerzo. La calidad de vida de este perro al realizar una actividad deportiva es mucho más rica que si sólo fuera una mascota, especialmente cuando hablamos de razas de alta energía, dado que cuando hay un exceso de energía o poca estimulación y por lo tanto aburrimiento, en estos perros lo natural y esperado es que incurran en conductas inapropiadas como destrucción o vocalización excesiva. Sin duda alguna el manejador de un perro deportivo debe ser una persona que disfrute mucho de la actividad física, los viajes y tener un gran compromiso con el bienestar de su perro, en virtud de que, al igual que sucede con los humanos, los canes deportivos son propensos a sufrir lesiones y requieren de una dieta y cuidados especializados que pueden incluir terapias complementarias, masajes, etc., que sin duda elevan el costo de su manutención. En este orden de ideas el manejador decidirá qué tantos recursos destinará a la actividad, pudiendo ser un pasatiempo o una práctica con un alto nivel de profesionalización.
En cuanto al perro de trabajo, el que de manera cotidiana se enfrenta a situaciones reales qué resolver y en quién, de maneras diferentes hay vidas humanas involucradas. Este perro, el de trabajo, se concibe incluso mucho antes de tener al individuo físicamente, porque hay que definir con claridad la necesidad que va a cubrir o la tarea con la que va a apoyar y de qué manera. En este esquema, el perro incluso se planea, es decir, se hace una selección muy particular de los pies de cría que darán una nueva camada de potenciales perros de trabajo. La gran mayoría de las veces los perros de trabajo provienen de un criadero especializado. Obviamente el cuidado del embarazo es muy importante y en muchos casos ahí mismo inicia el proceso de estimulación y habituación de manera indirecta, a través del trabajo con la madre. Después del parto inicia un programa de estimulación neonatal enfocado a fortalecer su sistema nervioso y propioceptivo. Después de la etapa de transición, cada cachorro se integra a un programa de estimulación y sociabilización inter-especies e intra-especies que les ayudará a ser individuos con mucha información, lo que les permitirá resolver e integrar mejor cada experiencia del proceso.
Dependiendo del tipo de trabajo que vaya a desarrollar, cada cachorro deberá completar diferentes etapas de su entrenamiento y adiestramiento que en adición a las etapas previas conformarán al perro de trabajo. No todos los perros de una camada van a completar el proceso hasta el trabajo real, en el camino se quedarán algunos por diferentes cuestiones como razones médicas, de comportamiento, de confiabilidad y ejecución en la tarea asignada. Incluso los perros que hayan completado el proceso y ya se integren a sus unidades de trabajo especializado, tendrán que estar en constante entrenamiento para el mantenimiento y mejora de sus habilidades, ya que un perro que no puede ejecutar su labor con un alto grado de eficacia y eficiencia pone en riesgo el trabajo de su unidad.
En este sentido, ser manejador de un perro de trabajo es -casi siempre- una parte de su trabajo mismo o está estrechamente ligado a su profesión, debido a que la cantidad de recursos permanentes que se deben asignar es demasiado alta. Para todos los manejadores de perros de trabajo hay una constante necesidad de estar actualizado y bien capacitado en temas de bienestar animal, adiestramiento y cuestiones técnicas y específicas del trabajo a desarrollar en conjunto. Es indispensable dedicarle muchas horas a la semana a la consolidación y fortalecimiento del vínculo manejador/perro de trabajo para lograr un buen conocimiento mutuo, comunicación y desempeño, bien sea a través de ejercicios físicos y/o mentales, aprendizaje de nuevas habilidades, actividades lúdicas específicas y/o recreativas en general, habilidades técnicas y claro, práctica, práctica y más práctica.
Ser manejador de un perro de trabajo también implica un gran compromiso ético para mantener el equilibrio entre el trabajo y su bienestar. Un perro de trabajo es dedicado y perseverante y dará todo, incluso su vida.
Cada tipo de relación que establecemos con nuestro ejemplar como tutores, guías deportivos o manejadores de perro de trabajo es única y cumple una función individual, pero con implicaciones sociales muy particulares y especiales.
Sin embargo, es muy curioso cómo la percepción del público en general es que sólo los perros que hacen actividades muy intensas o espectaculares -como serían los perros de intervención policiaca o los perros de rescate- son los verdaderos perros de trabajo. Un perro con una actividad laboral de energía media o más bien de interacción semi-pasiva, -como sucede con algunos de los perros de Asistencia o los perros de Terapia- son más bien percibidos como lindos, empáticos, nobles, pero no necesariamente como perros de trabajo, a pesar de que llevan un proceso de selección, adiestramiento y formación tan riguroso como lo sería para un perro de detección o rastreo.
Las personas no intentan acercarse y acariciar a un perro que está en plena persecución o búsqueda entre escombros. Sin embargo, es muy común que la gente interrumpa la actividad de un perro de Asistencia o de Terapia para acariciarlo, hablarle, tomarse fotos y hasta darle comida, a pesar de que se encuentran identificados con sus uniformes y respectivas leyendas.
No escucho a la gente decir, «mi perro es demasiado inquieto y destructor… lo voy a llevar a la Policía o a la Cruz Roja para donarlo y que sea perro de trabajo». En cambio, es más frecuente que la gente cansada de lidiar con sus mascotas quiera “donar” a sus perros para que “ayuden” a la gente.
En concreto, el Perro de Terapia es un ejemplar de trabajo que de la mano de su manejador y con la guía del experto apoya procesos lúdicos, recreativos, educativos y terapéuticos. Si bien el desarrollo de las sesiones de Intervenciones Asistidas con Animales está enfocado en crear un ambiente relajado, amigable y en compartir con nuestro amigo peludo un momento agradable, el éxito de las mismas sólo se puede garantizar a través de un trabajo dedicado, profesional y constante que brinde seguridad y confianza para todos los involucrados en el proceso y que se logren resultados positivos.
No estoy diciendo que un perro mascota o un perro criollo o rescatado o de refugio no puedan ser excelentes perros de trabajo, siempre existen excepciones y seguro hay historias de éxito maravillosas al respecto. Sin embargo, una vez que un perro tiene un trabajo real, con gente real, en situaciones reales, con riesgos reales, ya no hay marcha atrás si se quiere que esté activo. Hay consideraciones que debes tomar en cuenta para no perjudicar el vínculo y el desempeño de ese perro en su trabajo.
Y para estos perros, tanto deportivos como de trabajo, también llegará el tiempo del retiro, los años dorados en que puedan tener otras experiencias. Ya sea por la edad, lesiones, enfermedades o por un declive en su desempeño, se deberá dar de baja antes de que implique un riesgo para sí mismo o para quienes lo rodean y otros tomarán su lugar para dejarlo todo en el campo. Después de una vida productiva, de servicio, de heroísmo, de campeones, de una vida vivida al máximo y en total concordancia con su función zootécnica y temperamento, ese perro disfrutará de un merecido descanso por los días que le queden.
Si te interesa conocer más sobre los programas de Intervenciones Asistidas con Animales, no dudes en comunicarte con nosotros y con gusto te podemos dar una asesoría y/o capacitación.
Jenny M. E. Aragón Leyva
jenn_aragon@yahoo.com.mx
Comentarios