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El Bulldog cachorro y adulto saludable

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Por MVZ. Dipl. Eduardo Javier Hernández Rico  | Criador de Bulldog desde 1985


Un perro normalmente atendido en cuanto al aseo, alimentación, ejercicio, educación, que dispone de atención veterinaria oportuna para cuidar su salud, vacunas, control parasitario y revisiones dentales, deberá tener una vida saludable y feliz. Pero el Bulldog, además de todo esto, requiere de un manejo y cuidados especiales que mencionaré en este espacio, y que tienen el propósito de conservar la salud y prevenir problemas o accidentes particulares para esta raza.


Durante 40 años de criar, convivir y amar a estos hermosos ejemplares, he aprendido a ser objetivo y no dejarme llevar por los sentimientos al describir las características del Bulldog, mencionando solo sus cualidades y omitiendo sus problemas. Es muy importante que la gente que piensa poseer un Bulldog esté informada de los problemas que puede presentar la raza antes de adquirir uno, y esté consciente de que, para estar en plenitud de condiciones, requiere de la atención de un médico veterinario con mucha experiencia en la raza y de la asesoría de un criador responsable.


Si valoramos las virtudes y defectos del Bulldog, siempre destacarán sus cualidades, por lo que hablaremos primero de sus virtudes:


El máximo logro que se ha conseguido, a través de muchos años de selecciones y miles de generaciones, es desaparecer el carácter agresivo de sus antepasados, que peleaban con toros, hasta serlo progresivamente cada vez más sociable. Detrás de su aspecto feroz se esconde un carácter apacible, dulce, alegre, jovial, tolerante con los niños y adorable con todos los miembros de la familia. Se adapta perfectamente a cualquier tipo de vida familiar, disfruta la compañía de la gente y necesita del calor humano. Ladran excepcionalmente y su relación con otros perros está regida por la tolerancia. Comen poco y son muy limpios, inteligentes como para trabajar en pruebas de obediencia o tranquilos como para dormir todo el día si no tienen nada más interesante que hacer. Dinámicos y siempre dispuestos a emprender cualquier juego al que les invitemos, vigilando siempre su respiración y evitando esforzarlo al límite, ya que el calor es un factor contra el cual están indefensos, por lo que el riesgo de un shock calórico siempre estará presente en los lugares con altas temperaturas.

La mejor forma para describir los problemas que podría presentar la raza es mencionando cómo prevenirlos o cómo solucionarlos si se presentan, y los he dividido de la siguiente forma:

 

Valor genético


Un buen pedigree, producto de una adecuada planeación, es una garantía de salud en cuanto a enfermedades hereditarias se refiere. Los problemas congénitos son frecuentes en Bulldogs nacidos de cruzas sin ninguna planeación o como consecuencia de una exagerada consanguinidad. Por lo tanto, la primera recomendación para tener un Bulldog saludable es adquirirlo con un criador respetable, con un buen programa de crianza y conocedor de líneas de sangre, tanto de las que transmiten características deseables como de las que producen enfermedades. El que un Bulldog sea hijo de campeones no garantiza que él también lo será, pero si es producto de ejemplares saludables, es muy probable que goce de buena salud. Evite adquirir cachorros sin antecedentes de buena salud o de líneas de sangre que hayan manifestado alguna enfermedad hereditaria.


Las enfermedades hereditarias más comunes en el Bulldog son:


Ortopédicas:

Displasia de cadera

Luxación congénita de la rótula

Cierre prematuro de fisis cubital distal (los miembros anteriores se curvan a la altura de las muñecas)

Espina bífida y hemivértebra (malformaciones en la columna vertebral)


Oculares:

Prolapso de glándula del tercer párpado

Entropión (el párpado se enrolla hacia adentro del ojo y las pestañas lastiman la córnea)


Respiratorias:

Síndrome braquicefálico (insuficiencia respiratoria por paladar blando muy largo, fosas nasales muy cerradas y eversión de sacos laríngeos)

Hipoplasia laríngea y traqueal

Dermatológicas:

Sarna demodécica


Cardíacas:

Estenosis de la válvula pulmonar

Persistencia del ducto arterioso (anormalidades del corazón)


Digestivas:

Paladar hendido (surco en el paladar que comunica la cavidad oral con los senos nasales)

Labio leporino


Reproductivas:

Criptorquidismo unilateral o bilateral (ausencia de uno o ambos testículos)

Desbalance ovárico tipo 1 (problemas de piel, sangrado excesivo durante el celo e infertilidad)


Urinarias:

HUU (hiperuricosuria, cálculos urinarios)


Otras:

Anasarca (edema generalizado)

Hernia umbilical

Sordera


Son muchos los padecimientos hereditarios que pueden afectar a la raza, pero la crianza responsable los elimina poco a poco. Sin embargo, las personas que crían sin planeación son quienes mantienen en sus perros esos genes indeseables, y el que los compra es quien paga las consecuencias de reproducir en forma irresponsable. Es tarea de los que criamos en forma seria orientar a la gente para que evite comprar o cruzar a sus hembras con perros que puedan propagar estos genes, y asesorar al nuevo criador para que reproduzca solo para el mejoramiento de la raza en busca de perfección física, de temperamento y, sobre todo, de ejemplares cada vez más saludables.

 

Nutrición


Sin una dieta completa y balanceada, el perro no crece apropiadamente, no se reproduce, no mantiene sanos los tejidos ni combate las infecciones. Años de investigación de las diferentes compañías de alimentos para perros han dado como resultado alimentos completos y balanceados, por lo que no es necesario añadir más ingredientes a la ración. Una práctica común es agregar huevo crudo: la clara cruda inhibe la biotina (una vitamina B) necesaria para el crecimiento. Un Bulldog adulto requiere de 1200 kcal al día, y para conseguirlo debe consumir en promedio 350 g de alimento concentrado. No debemos sobrealimentar. Si hay algún aumento en la dieta calórica, un descenso en el metabolismo (debido a cambios por envejecimiento) o una disminución del ejercicio, se podrá observar obesidad. La gente gorda parece que tiene perros gordos. Estoy convencido de que esto tiene su origen en una norma de alimentación: “un poquito más no hace daño”. El hipotiroidismo (disminución de los niveles de hormonas tiroideas) no es raro en el Bulldog y es otra causa de obesidad. Otros síntomas del hipotiroidismo son pelaje opaco y seco, pereza, pérdida de pelo bilateral simétrica en cuello, lomo o tórax.

 

Reproducción


Su imposibilidad física para realizar la monta natural nos obliga a recurrir a la inseminación artificial. Esta técnica, realizada adecuadamente y con la debida asepsia, es igual o más efectiva que el apareamiento natural. Insistir en la monta natural, obligando al macho a montar o dejando a los ejemplares solos para que se apareen, puede traer como resultado un golpe de calor e incluso la muerte de uno o ambos perros.


La inseminación quirúrgica intrauterina es una muy buena opción, pero no es para todas las hembras, y tiene la desventaja de que acortará inevitablemente la vida reproductiva. Es una práctica sencilla, pero el número de inseminaciones es limitado y deben extremarse las medidas para evitar infecciones. No confíe en individuos que ofrecen operar a su hembra en su domicilio, en cocheras, en la mesa del comedor, en cuartos con una mesa improvisada. La cirugía siempre debe ser realizada por un profesional con experiencia en Bulldogs y en un ambiente controlado y de adecuada asepsia, como el de un quirófano. Se pueden obtener porcentajes de fertilidad iguales con la inseminación artificial vaginal, o en todo caso, la inseminación transcervical por endoscopia es una mejor opción, ya que se consigue el mismo propósito de inocular el semen muy profundo en los cuernos uterinos, pero sin el trauma de someter a la hembra a la anestesia y cirugía dos veces (implante y cesárea) en menos de dos meses.


Por el tamaño de la pelvis, en relación al tamaño del producto y la posibilidad de la presencia de cachorros edematizados, no se recomienda el parto natural, ya que puede poner en peligro la vida de la madre y los cachorros. Por ello, la cesárea es siempre la mejor opción.

 

Crianza


La crianza no es fácil y debe ser realizada por el criador. Dejárselos a la madre solo aumentará la mortalidad. Los cachorros se mantendrán separados de la madre y solo tendrán contacto con ella cada tres horas para alimentarse. En caso de que no produzca suficiente leche, podemos usar sustitutos de leche materna, que deben ser administrados con una sonda de alimentación para prematuros calibre 8FR. El uso de las sondas es fácil, no causa ningún problema a los cachorros y salva muchas vidas. Utilizar mamilas es riesgoso, pero puede intentarse con precaución para evitar neumonías por broncoaspiración.


El estómago del Bulldog retiene 20 ml por cada 500 g de peso y sus necesidades calóricas son 25 kcal por cada 100 g de peso. El primer día de nacidos debemos asegurarnos de que el cachorro succione calostro de la madre; de esta forma ingiere anticuerpos. Si la madre carece de calostro, usaremos como refuerzo inmunológico plasma fresco obtenido de la sangre de la madre, el cual administraremos por vía oral a una dosis de 3 ml por cada 500 g de peso. Los cachorros que toman plasma durante las primeras 24 horas de vida muestran más energía y una ganancia mayor de peso.


Es importante también complementar con soluciones glucosadas al 10–25 % y aminoácidos (1 ml por cada 500 g de peso). Esto les dará mayor energía para succionar el calostro, previene la aparición del síndrome del cachorro debilitado y permite que se recuperen los cachorros con bajo peso al nacimiento. Se colocarán separados, cada uno con una fuente de calor. El cojín eléctrico es la mejor opción, y su uso no es ninguna ciencia, solo debemos cuidar de mantener la mitad de la cuna fresca (sin cojín) y la otra mitad caliente. No deberán usarse focos, ya que el riesgo de deshidratación es muy alto. Es muy importante estar preparados con un tanque de oxígeno antes de la llegada de la camada, ya que los cachorros cianóticos (mucosas con tinte azulado) por inmadurez pulmonar, hipoventilación o enfermedad, requieren de terapia de oxígeno. Se deberá evitar hasta donde sea posible el uso de antibióticos para no afectar la flora intestinal.

 

Ejercicio


A pesar de sus limitaciones, el Bulldog requiere de ejercicio diario (la caminata es suficiente) para desarrollar condición física, con tiempos de recuperación de la mitad del tiempo del ejercicio desarrollado; por ejemplo, 10 minutos de actividad por 5 minutos de descanso. No debe realizar ejercicios inútiles, juegos violentos o dejarlo correr sin control, esto lo puede sofocar o provocarle lesiones serias en sus miembros. Los descuidos o el exceso de ejercicio pueden ser fatales.

 

Temperatura


El Bulldog soporta muy bien el frío, pero el calor es su peor enemigo, ya que puede provocarle un shock calórico. Cuando los primeros síntomas aparecen (jadeo excesivo, fiebre, mucosas azuladas, dificultad respiratoria), debemos refrescar rápidamente al perro, mojándolo por completo con agua fría y hielo, sobre todo en cabeza, ingle y tórax; mantenerlo quieto en un lugar ventilado, estirar la lengua hacia fuera y tratar de apartar el velo del paladar para dejar libre la abertura de la tráquea, hasta que llegue el veterinario. El perro jadea por calor, no por sed, por lo que no es recomendable darle a beber agua. Es mucho mejor ofrecerle hielo para lamer, y esto lo refrescará más rápido.

 

Solo teniendo nociones básicas sobre todo aquello que atenta contra la salud de nuestro Bulldog, podremos ayudar activamente a prolongar y mejorar su calidad de vida.

 
 
 

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