Por Olivita de México
Hola amigos, como ya es costumbre, les comparto una historia concerniente al inusitado mundo de los perros de asistencia. Esta vez corresponde dar voz a Édgar Eduardo Núñez Montes, joven tenaz e innovador instructor, quien participa en este valioso espacio con el fin de contarnos su experiencia al trabajar entrenando canes en beneficio de las personas con discapacidad y enfermos crónicos.
Édgar está felizmente casado desde hace 11 años y tiene dos preciosas hijas. Para él, la ayuda de su esposa ha sido fundamental en la materialización de sus proyectos, por lo que ella es su complemento. Estudió Filosofía en Francia y en la Universidad Autónoma de Chihuahua. Actualmente cursa la carrera de ingeniería en Biotecnología en la Universidad Abierta y a Distancia de México (UNADM). Combina su actividad de entrenador con su trabajo como docente en algunas universidades. Es, además, conferencista e imparte cursos y talleres en torno a temas humanísticos, educativos y, por supuesto, sobre perros de asistencia.
Aunque Édgar cuenta con una vasta trayectoria profesional, lo que distingue a este hombre es su gran sensibilidad y compromiso con las causas sociales, valores que heredaría de sus progenitores y que lo llevarían a fundar, en 2014, el Centro Integral Educando con Animales de Asistencia y Compañía A.C. (CIEDAAC), a través del cual entrena perros de asistencia y da atención a niños con problemas de concentración en la lectura.
Semejante labor merece el reconocimiento de la sociedad, pues en un contexto tan complejo como lo es el actual, con escasos valores humanitarios, la función de este instructor, orgullosamente mexicano, es digna de promover y difundir, sobre todo porque son escasos los entrenadores de perros de asistencia que se interesan verdaderamente por la discapacidad en nuestro país. A continuación comparto algunos aspectos relevantes de la vida de nuestro personaje:
Édgar nació el 5 de diciembre de 1975 en la ciudad de Cuauhtémoc, Chihuahua, al norte de México. Su infancia transcurrió como la de cualquier niño feliz. Creció en un ambiente rodeado de animales, derivado del trabajo de su padre, médico muy generoso y con un gran espíritu de servicio hacia los demás, brindando en muchas ocasiones atención y consultas gratuitas; otras –las menos–, recibiendo a cambio animales, granos o lo que la gente le pudiera ofrecer como pago. ¡Qué decir de su madre! mujer trabajadora y de firmes convicciones, que nunca se dio por vencida a pesar de las adversidades que se le presentaron a lo largo de su vida.
De la misma manera que Édgar heredó de su padre ese cariño por los animales y la visión del bienestar social, de su madre aprendió el tesón para trabajar, así como su templanza y fortaleza. En fin, sus padres le han enseñado tanto, al punto de influir trascendentalmente en su personalidad y actividad actual.
Nuestro amigo recuerda su infancia en un ambiente familiar y divertido. Todavía le tocó esa generación que jugaba hasta altas horas de la noche y sin los peligros del día de hoy. Incluso llegó a tener en su casa toda clase de animales, desde tarántulas, ratones, pericos, serpientes y hasta un caballo. Fue un joven inquieto al que siempre le gustó el reto de viajar y curiosear. A los 16 años vivió y trabajó en los Estados Unidos de América, permaneciendo dos años allá. Regresó a México para continuar con sus estudios.
Sin embargo, su estadía en nuestro país no sería larga, pues pronto se trasladó a Francia para estudiar Filosofía. Después de un tiempo retornó a México en busca de nuevos desafíos y perspectivas laborales. Siendo el año 2004 en que inicia su trabajo como docente, al impartir materias de formación humanística y además dar clases de inglés y francés –idiomas que domina perfectamente– en colegios y universidades particulares.
El año 2005 fue muy significativo en la vida de Édgar. Recordemos que siempre le habían llamado la atención los animales –en especial los perros–, debido a su vínculo tan estrecho con el ser humano, incluso más que otros animales domésticos. En consecuencia, decide iniciar un proyecto dirigido expresamente a niños con autismo, hiperactividad y con síndrome de Down, mismos que recibirían apoyo canino en lo referente a lo educativo y psicológico.
Lo anterior se denomina: “Perros de Intervenciones Asistidas en la Educación”, constituyendo el parteaguas para que nuestro protagonista se especializara en la preparación y formación de perros de asistencia, interesándose, en primer lugar, en los perros para niños con autismo y, posteriormente, en el entrenamiento de perros de alerta médica.
Para este entrenador sui géneris, involucrarse en la formación de los perros de asistencia era sinónimo de entender los procesos naturales de estos increíbles animales. De ahí que se dio a la tarea de crear su propia metodología, la cual consistió en centrarse en los procesos cognitivos y emocionales del perro, método que estudió y desarrolló durante aproximadamente 7 años y que, desde luego, no fue producto de la casualidad sino de su búsqueda incesante por aprender y conocer de otros países como Argentina, España y Estados Unidos de América, en donde había avances en el tema.
Se preparó en Argentina y como su objetivo era el sustento hacia la integridad emocional, desarrolló el método APCAN, que quiere decir “aprender cómo piensas para comprender cómo aprendes”, inventiva en la que se basa el CIEDAAC, asociación civil que fundó el 19 de noviembre de 2014, con la pretensión de apoyar a los niños con rezago educativo, pues se dio cuenta de los enormes beneficios que los perros otorgan a los niños con características especiales.
A partir de entonces, se dio a la tarea de implementar un programa nombrado: “leer está de pelos”, que surge para cubrir necesidades educativas de los niños. En el 2016, Édgar y el CIEDAAC son distinguidos con el Premio CEMEX-TEC, por su gran labor como emprendedor social en el ámbito educativo y por incentivar la lectura en los niños con rezago lector. Incluso, dicho reconocimiento trascendió en Chile, en donde asociaciones tanto del norte y del sur del hermano país, lo han invitado primero en el 2017 y después en el 2019, con el propósito de replicar este innovador programa.
Merecido premio, sin duda alguna, al esfuerzo y profesionalismo de este admirable adiestrador, quien siempre se ha preocupado por prepararse y actualizar sus conocimientos; de ahí que ha cursado diversos e importantes diplomados, destacando el máster que realizó en el 2015, con acreditación en España, sobre el tema de etología canina.
En lo concerniente al CIEDAAC, desde el 2017 cuenta con una sede en León, Guanajuato, en donde tienen mayor infraestructura para la formación de los canes. En el CIEDAAC han participado 20 personas de tiempo completo, en proyectos dirigidos a escuelas y a niños. Han participado hasta 20 personas en proyectos voluntarios, entre los que se encuentran científicos e investigadores, estudiantes, profesionales de la educación, psicólogos y otros voluntarios con la misma finalidad: fomentar el apoyo de los perros dentro de las áreas educativas.
Así también, el CIEDAAC se hace presente en el resto del país, colaborando con otras asociaciones que realizan esfuerzos en favor de los niños con síndrome de Down, por mencionar tan solo un ejemplo.
Además de continuar con su compromiso con la discapacidad, adiestrando canes para niños autistas y de alerta médica, –gran responsabilidad desde su opinión–, por lo que Édgar incita a los adiestradores para prepararse y empaparse acerca de la enfermedad del usuario y, de esta manera, conocer el tipo de entrenamiento que requiere el perro.
Durante sus años de trabajo ha entrenado 5 perros de asistencia, siendo la mayoría para niños con autismo, aunque también ha entrenado perros de alerta médica. Cabe mencionar que 3 de los perros entrenados para niños con autismo, se encuentran trabajando actualmente en Estados Unidos de América.
Para Édgar es prioritario que en las escuelas y centros de entrenamiento de perros de asistencia no deba considerarse únicamente la funcionalidad del perro, sino visualizarlo como un ser vivo que siente, como un sujeto que merece un trato digno, garantizándole su bienestar físico y emocional. Por consiguiente, es deber de los entrenadores tener ética y agradecer al perro su extraordinario apoyo.
Es tan fuerte el vínculo que se establece entre el entrenador y el perro que, –nos confiesa Édgar–, cuando culmina el adiestramiento y llega el momento de desprenderse del perro y entregarlo al usuario que lo necesita, los sentimientos son encontrados y van desde la tristeza a la alegría, a la responsabilidad, incluso a la preocupación, anteponiéndose la confianza para que el perro actúe de la manera correcta.
La misión de Édgar como entrenador no culmina cuando entrega un perro, ya que se ocupa en luchar porque los binomios usuario–perro de asistencia, independientemente de la escuela de origen, puedan acceder libremente a los espacios públicos y privados de uso público, demostrando una gran empatía con la discapacidad y con las causas sociales.
Por ejemplo, en su estado natal ha buscado el apoyo de los diputados para garantizar, a través del sustento legal, la accesibilidad del binomio. Siendo su logro más reciente asesorar a la diputada local Deyanira Ozaeta, del Partido del Trabajo, a fin de aprobar una modificación en la “Ley para la inclusión y no discriminación de las personas con discapacidad del estado de Chihuahua”, logrando el reconocimiento no únicamente del perro guía, sino del binomio usuario-perro de asistencia para su libre acceso en los espacios públicos y privados de uso público.
Como cualquier ser humano, Édgar también tiene tiempo libre para descansar y disfrutar de la vida acompañado de su familia. Le gusta investigar, leer artículos científicos, llama su atención la información para docentes, disfruta pasar el tiempo con su familia, se relaja con los perros. Le gustan los chilaquiles con huevos montados y un buen vino después de un día ajetreado. Y como buen sagitario, su signo zodiacal, le encanta viajar y conocer mundo. Ha recorrido gran parte del país, tanto por cuestiones laborales como por razones turísticas.
Finalmente, sería imposible resumir en unos párrafos toda la trayectoria de Édgar Núñez y su trabajo de entrenamiento en beneficio de los usuarios de perros de asistencia, por lo que si quieres contactar con este instructor y conocer más acerca de su aportación a la discapacidad y su compromiso con las personas con enfermedades crónicas, puedes acceder a sus redes sociales:
Facebook:
Página Web: www.ciedaac.org
instagram.com/ciedaac/
Hasta la próxima.
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