Por Guillermo Sánchez Martínez | Criador y Manejador
Un cordial saludo a los lectores de Perros Pura Sangre; en esta ocasión tuvimos la oportunidad de ser invitados para platicar un poco de la raza Bernés de la Montaña (Boyero Suizo); en mi experiencia como canófilo, he tenido una gran variedad de razas de perros, incluso perros de raza única; mi memoria data desde que empecé a caminar, mi gusto por los perros en casa, desde raza tipo Maltés, Cocker, Pastor Alemán, entre otros, que si bien era cierto, eran perros que llegaban a la familia, no eran ejemplares elegidos por mí.
Cuando empecé a crecer, en la época que cursé la educación escolar de nivel secundaria, tuve un Gran Danés, del que recuerdo fue muy breve el gusto, ya que lo envenenaron; unos años después llegó un perro Akita Americano, raza que es de mis preferidas; pasaron algunos años y por diversas circunstancias no tuve ningún ejemplar de mascota, sin embargo, mi gusto por los perros seguía, veía revistas, así me ilustraba, y cuando podía, iba a exposiciones caninas, en esos tiempos las llevaban a cabo en el Centro Médico Exhibimex, posteriormente, se realizaban en San Antonio, nueva sede de Exhibimex, hasta que las trasladaron al Word Trade Center.
Con el tiempo fue acrecentándose mi gusto, mi amor y pasión por la canofilia; fue por el año del 2007 cuando tuve la oportunidad de tomar un curso de Estética Canina y Entrenamiento básico en las instalaciones de la Federación Canófila Mexicana (FCM), ahí tuve la oportunidad de relacionarme y hacer amistades muy valiosas y fui invitado a tomar un curso para Secretario de Juez, participando en mi primer exposición como Secretario en la Magna Exposición Mundial Canina 2007, aumentando ello mi pasión; ahí desfilaron muchas razas que, aunque ya conocía por revistas, era poco probable verlas en México, pude ver razas que llamaron mucho mi atención, para esas fechas, ya me dedicaba a la Estética Canina y empezaba con la crianza de razas puras, lo que acrecentó mi determinación y cariño hacia lo que había emprendido.
Empecé a adquirir ejemplares de registro, criando y aprendiendo de varias razas, pero fue hasta el año 2012 cuando tuve la oportunidad de manejar al primer perro de show con excelentes resultados, haciéndolo el Mejor Perro de la Raza del año 2012, y fue nada más y nada menos que un Bernés de la Montaña y yo, que había tenido ejemplares de otras razas, al tener contacto, trato, cuidado y arreglo con un Bernés de la Montaña , me ganó por completo, dejándome un gran sabor de boca esa experiencia vivida, tanto que el asunto no quedó ahí, pues desde ese momento empecé a buscar un ejemplar de esa raza para adquirirlo y fuera ya de mi propiedad, pero eso llegó hasta tres años después, mi primer ejemplar de Bernés de la Montaña, al que pude seleccionar de entre una camada muy numerosa, y el cual desde que nos vimos hicimos “click” y recibió el nombre de Quijote.
Desde ese momento sentí que esta raza llegó a mi vida para quedarse; empecé a competir nuevamente con un Bernés de la Montaña en exposiciones de Conformación y Belleza, y esa vez, ya con un ejemplar de mi propiedad; poco tiempo después llegó una hembra, quien fue pareja de mi perro (Quijote), llegaron crías y empecé a valorar más a la raza, porque si bien el gusto por ella estaba fincado, además la pasión ya existía, pues con el gusto, conocimiento y experiencia en pistas como Secretario de Juez, empecé a seleccionar de manera adecuada a los ejemplares, así como las primeras crías que nacieron en casa, empezaba a crecer la familia Bernés de la Montaña, siempre tratando de ser selectivo al momento de elegir a los ejemplares, para obtener buenas camadas, sanos, de buena estructura y carácter, así como el fenotipo y genotipo y hasta el momento mis crías cada vez son de mejor calidad, que, en resumidas cuentas, es lo que busco al realizar una cruza.
Algo muy importante que veo es el carácter y la estructura de los ejemplares, porque estas dos cualidades dan balance para obtener una excelente camada, y por supuesto que al llegar los nuevos cachorros, desde el momento de la cruza, los cuidados y el alumbramiento, me apasiona sobremanera verlos nacer, crecer y dar sus primeros pasos, el tener constante contacto con ellos es una experiencia única y difícil de explicar; cuando hay crías en casa, me dedico al cien por ciento a los cachorros y a la madre, el cuidado es de 24 horas al día por lo menos durante un mes, que es el inicio del proceso de destete, y es ahí cuando empieza lo bueno, ya que es el momento en que el cachorro comienza a desarrollar su personalidad. Una vez ya listos, maduros e independientes, viene el proceso de encontrar familias acordes a cada cachorro, si bien he aprendido en estos años que quien tiene un Bernés de la Montaña difícilmente cambiará de raza, porque son perros con mucha personalidad, alegres, bonachones, alertas, guardianes, protectores.
Algo que me ha enamorado de esta raza, es que cada vez que tengo contacto directo con ellos se me acercan como abejas al panal; es una raza obediente, equilibrada y nunca dejan de tener el espíritu de cachorros, aun cuando ya son adultos parecen cachorros, y al momento de entrar en su etapa de vejez, son más tranquilos, pero extremadamente cariñosos, pegados a uno, como “perro faldero”. Si bien es cierto que el Bernés de la Montaña es una raza con índice de vida bajo, considero que una buena alimentación, cuidados y ejercicio, son factores que logran que el ejemplar tenga más tiempo de vida.
Dentro de las tantas alegrías y satisfacciones que nos dan, está la etapa triste, cuando los ejemplares se llegan a enfermar y mueren, o bien, ya sea por edad avanzada o muerte por alguna enfermedad derivada de su avanzada edad, como lo que me tocó vivir de manera indirecta, con el ejemplar con el cual tuve mi primer contacto con la raza, y una hembra que llegó a mi vida ya siendo adulta, y que fue la primera en dar crías para el criadero de Bernés de la Montaña (Boyero Suizo); así también, un ejemplar macho, joven, que teniendo sus vacunas al corriente, le dio una enfermedad viral, que aunque se le dio el tratamiento en tiempo y forma, el cachorro no logró superar la enfermedad.
Cabe resaltar que a lo largo de casi 20 años que llevo criando, he aprendido a dar los primeros auxilios, como primera intervención, esto, mientras el ejemplar es trasladado o en espera de ser atendido por el médico veterinario que tengo de cabecera, por lo tanto es muy importante siempre contar -por lo menos-, con dos médicos veterinarios de cabecera, esto por cualquier emergencia que se presente y así tener la certeza de dar la atención temprana y oportuna a nuestros ejemplares; asimismo, también estar preparados para cualquier eventualidad que se llegara a presentar en el alumbramiento de las camadas, por ende, estar siempre preparado significa ir un paso adelante, en la crianza y cuidados de nuestros ejemplares, ya que de ellos he recibido innumerables sentimientos positivos, que lo menos que se merecen es corresponderles de la misma manera, a través de cariño, cuidados y mi entrega total a esta labor que tanto me apasiona.
Cabe mencionar que algo aprendido de la raza es que no debe ser maltratado, ya que, al ser un perro muy completo en sus características, también es muy sensible, y un mal trato hacia él, lo convertiría en un perro miedoso, inseguro y a veces, hasta agresivo; con esto no quiero decir que sea de cristal o muy frágil, pero si hay que corregir hay que hacerlo sin exagerar, ya que es un perro que, con solo una mirada, te transmiten amor, confianza, seguridad y una paz envolvente.
Es por esto, que a lo largo de estos años que llevo en contacto con la raza, cada día que pasa me gusta más, y desde mi punto de vista y de sentir, es una raza que llega para quedarse en mi vida, como siempre lo he dicho, “empecé a caminar con perros, y mis días por delante, siempre estarán con uno o muchos Bernés de la Montaña”, como tengo actualmente, para mí, la raza Bernés de la Montaña, es comparativo como si tuviese un Ferrari en casa.
En la actualidad tengo varios ejemplares, la mayoría criados en casa responsablemente y siempre cuidando las líneas de sangre, además de que, al tener la ética de criar responsablemente, trato de que las personas que adquieran uno de mis cachorros, siempre contará con mi respaldo y apoyo, además de asesoramiento de la raza, porque nunca he criado por destajo, esto es, que las crías de casa son planificadas tanto en los tiempos, como en darles los cuidados necesarios.
La raza Bernés de la Montaña me ha dado muchas satisfacciones, así como tristezas, como cuando se ha adelantado alguno de mis ejemplares, pero indudablemente lo que sí es una realidad, es que todos y cada uno de ellos, habita en un lugar en mi mente y mi corazón.
Quiero agradecer el haberse tomado unos minutos de su valioso tiempo, para conocer un poco más de los cuidados, así como de las anécdotas compartidas, que a lo largo del tiempo que llevo criando esta hermosa raza he tenido, esperando que esta información les sea útil, si llegaran a adquirir un hermoso ejemplar de Bernés de la Montaña o Boyero Suizo, o quizás ya lo tengan en casa.
Hasta pronto, saludos cordiales.
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