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Amor al arte en una sola raza “Bernés de la Montaña”


Por Guillermo Orozco Almeida.


Sería interminable el tiempo que dedicaría para hablar de mis perros, he tenido muchos a lo largo de mi vida, pero no sé porqué hasta hace casi diez años el Bernés de la Montaña llegó a mi vida y desde ese momento me enamoré de la raza.


En estas líneas que a continuación les comparto quiero expresar a grandes rasgos, lo que en mi título magnifiqué, ya que es así desde mi personal punto de vista el arte hecho perro.


Es imposible ir por la calle paseando a tan galante ejemplar sin que pase desapercibido, la mayoría de las persona siempre hacen guiños y mimos verte con un perro de aspecto tan bonachón y a su vez hermoso, ojo, no todos son súper afables con todos debido a que también son buenos guardianes, como buen boyero suizo, siempre cuidando de su manada, en este caso mi familia.


Haciendo gala a sus cualidades zootécnicas y rememorando a sus antepasados, son perros que ya estando en su territorio, cuidarán de su familia, claro aquí no jalan de carretas para llevar leche como en algunas fiestas de ganaderos en Berna, lo continúan haciendo. Pero ayuda simplemente un ladrido para saber de la presencia de algo extraño y alertan para saber que algo o alguien merodea por ahí.


Muchas personas que conozco integrantes de diferentes grupos de la raza, han contribuido enormemente a ampliar mi conocimiento sobre los Bernés y claro que poniendo en práctica con mis ejemplares toda esa retroalimentación he podido a sacar lo que yo creo es lo mejor de ellos.

Me siento orgulloso de saber que desde su nacimiento hasta su vejez, he criado unos perros, seguros de sí mismos, y con una adecuada sociabilización, sin duda, unos grandes compañeros de vida.


Quiero resaltar que teniendo un buen adiestramiento, son perros formidables quitando el ya grandioso compañero, buenos guardianes, y tuve una experiencia, la cual sirvió mucho, ya que uno de ellos fue entregado a una persona con una enfermedad terminal, una gran ayuda para contribuir a tener un mejor final.


A ellos cada fin de semana los llevo a un río cerca de la ciudad donde vivo, que es Guadalajara, y ahí saltan, chapotean y nadan como unos niños en parque de diversiones, es muy importante que tengan ese desestrés, si no es semanal, al menos una vez al mes, ya que son algo activos, de cachorros ya sabrán que se presenta el clásico “ya mordió mi zapato, pantufla o lo que les parezca atractivo”, ahí comienza su adiestramiento y corrección de hábitos, siempre sacándome una sonrisa, ya que todos hacen cada cosa que en vez de enojarme sólo me río de sus ocurrencias y son cachorros hasta los 20 meses de edad o más, ya que aunque tengan edad de adultos, siempre les encanta jugar.

Sólo debes tener en cuenta que aunque sea un bebote, su tamaño con el paso del tiempo tendrás a un perro de más de 65 centímetros y peso promedio de 45 kilos o más , no se confíen dejándolos con pequeños, personas enfermas o mayores, ya que un accidente podrá pasar debido a que no miden su tamaño y fuerza, ellos sólo quieren jugar.

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