Una mascota llena de amor el hogar, pero también requiere de dueños informados, que le brinden atención, cariño, formación de hábitos, cuidados y tiempo. De acuerdo con Thais Matos, veterinaria de DogHero, la comunidad amante de perros más grande de Latinoamérica, estos son los errores más comunes, cometidos por dueños de perros, tómalos en cuenta si estás por adoptar uno o ya tienes un lomito:
No elegir al perro adecuado. El amor a primera vista pudo haber hecho que eligieras a un perro sin realizar una importante tarea previa. Si realmente quieres tener a tu mascota adecuada empieza por ti, ¿Qué espacio tienes?; ¿Tienes el hábito de salir a caminar?; ¿la zona donde vives permite paseos largos o requieres de una mascota que no necesite tanto ejercicio? Es importante que conozcas las necesidades del tipo de perro que te interesa, aspectos como: cuidados especiales, comportamiento, relacionamiento, entre otros. Selecciona al cachorro que vaya mejor con tu estilo de vida y el lugar donde vives.
Ser inconsistente. No confundas a tu perrito, ya sea cuando lo estás entrenando o en la convivencia diaria, no cambies las reglas o rutinas. Un perro confundido asumirá que no tiene razones para seguir esa indicación. Debes hablar con el resto de la familia también, por ejemplo, tus hijos no pueden dejar que salte en las camas si es que tú no lo permites, lleguen a acuerdos y sigan una misma línea.
Saltarse el entrenamiento y socialización. Un perrito que no recibe un entrenamiento básico puede sufrir, ya que siempre se encontrará en situaciones que no entiende y además recibe regaños. Es importante que este aprendizaje inicial enseñe: lugares para hacer sus necesidades, zonas accesibles del hogar, comportamiento al pasear, convivencia con otros animales o cómo no ponerse en peligro. Muchos dueños suelen retrasar o evitar la enseñanza de estas acciones básicas, el amor por tu compañero no está peleado con las reglas, no lo veas como un trabajo, es una actividad de amor que vivirás con él.
No ofrecer el ejercicio suficiente. La falta de ejercicio puede desencadenar en tu cachorro problemas de salud, conductas extremas como hiperactividad, o por otro lado de aburrimiento. De acuerdo a cada raza es importante considerar sus necesidades de ejercicio, y recuerda, una familia responsable ejercita a su lomito conforme lo necesita, no cuando puede.
Poca estimulación mental. Además del ejercicio, nuestros perritos necesitan mantener su mente ocupada, al igual que nosotros, el aburrimiento lleva al desastre. La estimulación mental en los perros evita que termine destruyendo cosas. Participa con él en juegos de encontrar su juguete preferido, atrapar la pelota, o intenta cambiar de ambientes.
Omitir el cepillado de los dientes de tu perro. Más del 80% de los perros mayores a 6 años presentan problemas periodontales. Eso ocurre porque muchas personas no incluyen el cepillado de dientes en la rutina de higiene de sus perros. Lo ideal, es que este proceso se realice todos los días y es necesario tener la precaución de llevarlo a cabo con productos específicos para perros.
No ir al veterinario. Aceptémoslo, es común que no vamos al doctor hasta que nos sentimos mal, esto también es muy común con nuestras mascotas. A veces por costo, o simplemente porque no es un hábito formado, es común que nos saltemos este paso, sin embargo, ir al veterinario es parte fundamental de tener un perrito sano, además de ser preventivo, permite que, al momento de una emergencia, tu perro ya tiene una relación positiva con su veterinario.
No cumplir con el alimento y cantidad adecuada. La comida de perro está diseñada para mantener sano y fuerte a tu mascota, atiende todas las necesidades nutritivas del animal. Es importante visitar al veterinario previo a la compra de su alimento para conocer qué tipo de ingredientes debe contener, información que podrás corroborar en la etiqueta del producto, y la cantidad de alimento recomendado según su peso y edad. La recomendación del veterinario tomará en cuenta temas sensibles de acuerdo a la raza de tu perro y de salud propio de tu mascota que pudiera verse afectado por un tema alimenticio.
Darle comida de humano. Una práctica común es que los dueños de perros comparten su alimento con su mascota; esto, además de ser uno de los factores que más contribuye con la obesidad en los canes, puede poner en riesgo su vida, por ejemplo: las uvas, carambolas, tomates y alimentos con chocolate son tóxicos o difíciles de digerir por los perritos y pueden hacer que se ahogue. Incluso si tu perrito te pide de lo que estás comiendo, resiste. Es lo mejor para su salud.
No estar preparado para lo peor. Un perro emocionado, asustado o sin una disciplina clara puede ponerse en peligro así mismo, ya sea que salga corriendo y atraviese una calle transitada por autos; que se aleje tanto sin posibilidad de alcanzarlo, o que escape de casa; son situaciones dolorosas que ni él ni su familia deberían vivir. Recuerda conocer a tu perro, ¿puede salir sin correa?, ¿se asusta o pone violento ante la presencia de otros perros?, ¿cuenta con una placa o chip de identificación? Es mejor estar preparado ante una de estas situaciones.
Tener un perro además de traer felicidad extra al hogar implica diversas responsabilidades, asegúrate de tener el tiempo disponible, estar preparado económicamente para ello, conoce la opinión de tus familiares al respecto, si tienes otra mascota evalúa cómo sería su comportamiento con un nuevo compañero. No te arriesgues a tener un perro triste, recuerda que tienes que cuidarlo incluso antes de tenerlo.
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