Por Evelin López
“Hasta el más pequeño de los felinos es una obra de arte”. Leonardo Da Vinci
A través de la historia el gato ha sido un animal venerado por muchas culturas y satanizado por otras, sin embargo, no podemos negar que aquellos que conocemos de cerca a estos pequeños animales quedamos fascinados con sus increíbles capacidades, pues un gato puede ser tierno y malvado a la vez; un gato puede ser independiente y necesitar de tus caricias todo el día, un gato puede dormir de día y vigilar de noche. Debido a esta personalidad tan intrigante y a veces divergente hay muchas leyendas que tratan de narrar el origen de estos bellos animales.
A continuación, explicaremos brevemente algunas.
La creación divina
Una de las religiones más extendidas en el mundo es el cristianismo y en ella se narran dos momentos que podrían explicar el origen y comportamiento de los gatos. El primero tiene lugar en el libro del Génesis, en el cual se narra uno a uno los acontecimientos que dieron origen no sólo a la Tierra sino a todo aquello que conocemos hoy en día, es así como en el sexto día Dios creó a los seres vivos, entre ellos al gato. Se dice que ese mismo día, Dios asignó a cada una de sus creaciones cualidades únicas, sin embargo, cuando el gato llegó ante su presencia él ya había asignado todas las cualidades, sin saber qué hacer, finalmente decidió concederle un poco de cada cualidad al gato, por eso en muchas ocasiones se considera el animal más perfecto de la creación de Dios y por ello suele tener personalidades múltiples.
La segunda versión dice que antes del diluvio el gato no formaba parte de la creación de Dios, no obstante, ante el diluvio, Dios pidió a Noé construir una barca y en ella meter una pareja de cada especie, sin embargo, los ratones al ser una especie muy prolífica y al estar durante cuarenta días y cuarenta noches dentro de la barca tuvieron una gran descendencia que comenzó a acabar con las reservas de semillas y granos que serían el alimento del resto de los tripulantes. Noé preocupado por la situación alzó sus súplicas a Dios y éste, en respuesta, provocó que el león estornudara, un estornudo que no sólo hizo temblar la barca, sino que provocó que de su nariz expulsara una gran cantidad de bolas de pelo que al tocar el piso se convirtieron en pequeños gatos que ayudaron a terminar con la plaga.
Grecia
Artemisa y Apolo, hijos gemelos del dios Zeus y la diosa Leto que, a pesar de ser hermanos, poseían personalidades un tanto diferentes. Artemisa era la diosa de la flora y de la fauna, la única completamente capaz de domar a cualquier animal en la faz de la Tierra, mientras que Apolo era considerado dios de las artes, la medicina y de la belleza. Dada sus personalidades tan diferentes solían jugarse bromas pesadas, por eso un día Apolo decidió poner a prueba a Artemisa creando al animal más temible que jamás había pisado la Tierra: el león; empero, Artemisa en venganza convirtió a este gran animal en uno más pequeño y tierno y así fue como surgieron los gatos en la mitología griega. Esta misma versión dice que al ser Artemisa la representante de la Luna y Apolo del Sol podría explicar por qué a los mininos les encanta dormir de día y salir al caer la noche. Los griegos también tenían la creencia de que Deméter, diosa de la tierra, la agricultura y los cereales tenía la costumbre de convertirse en gato para defender las cosechas, por ello, cuando un campesino se cruzaba con un gato en su camino lo veneraba y respetaba, pues podría tratarse de la diosa Deméter.
Leyenda musulmana
Para los árabes los gatos son animales considerados “puros”, ya que el profeta Mahoma tenía una apreciación especial por estos animales y -como era de esperarse- ellos también cuentan con una versión sobre su origen. En esta versión se habla sobre el profundo amor entre una leona y un mono que al concebir a su primogénito éste poseía la agilidad, la inteligencia y la astucia del mono, así como la delicadeza, el coraje y la actitud sigilosa de la leona, por ello los árabes han asociado esta versión al origen.