Dr. Raúl García Miranda
M.V.Z. Luis Arturo García Domínguez
M.V.Z. Beatriz Figueroa Andrade
Había un desfile en el monte Olimpo. Los doce dioses griegos del Olimpo estaban en la tribuna principal. Los tres más importantes, hermanos entre sí, Zeus, Poseidón y Hades, hijos de Cronos, el tiempo, estaban en el centro. A su lado estaban otros nueve dioses y diosas, los cuales completaban la docena olímpica. En las tribunas laterales estaban decenas de dioses griegos no olímpicos. Había en la tribuna principal dos invitados, que no pertenecían a la docena olímpica. Asclepio, dios de la medicina humana, hijo de Apolo y la hermosísima humana Coronis, el segundo invitado era un veterinario, el centauro Quirón con cuerpo de caballo y torso y cabeza de hombre.
En el desfile participaban las nueve musas; Calíope, Clío, Erato, Euterpe, Melpómene, Polimnia, Talía, Terpsícore y Urania. Cada una de ellas, por separado, inspiraban las bellas artes. Así, Calíope era la musa de la elocuencia, la poesía y la belleza; Clío, de la historia; Erato de la poesía lírica amorosa, Euterpe de la música, Melpómene del teatro y la tragedia; Polimnia de la poesía sacra y los cantos sagrados; Talía de la comedia y la poesía bucólica; Terpsícore de la danza y la poesía coral y Urania era la musa de la astronomía, las ciencias exactas y la poesía didáctica.
Por esta vez, en este desfile se haría honor especial a los dos invitados: Asclepio, el dios de la medicina humana y a Quirón, el centauro veterinario. Transcurrió el desfile, cada musa presentó lo mejor de su repertorio, teatro, música, poesía, etc. No era un concurso, así que no había ganadora, sólo era un desfile. Los invitados Asclepio y Quirón se enamoraron, como todo mundo, de las nueve musas; la belleza física y artística de cada musa era tan grande, que nadie podía resistirse a ellas. El motivo de tener a los invitados en la tribuna principal era agradecerles lo que hacían por la salud de los humanos y los animales.
Al final del desfile hubo un banquete con muchos platillos provenientes del mar. Poseidón, dios del mar, era el anfitrión en la comida. Todos comían, bebían y charlaban con gran ánimo cuando se escuchó un grito. Un grito fuerte, intenso, de gran voz. Al grito único se unieron otros gritos de alarma. Zeus, el dios principal del Olimpo, porque era el padre de los dioses y de los humanos, se acercó rápidamente a ver qué pasaba. Encontró muerta a Polimnia -la musa de la poesía sacra y los cantos sagrados-, tirada en el piso. ¿Qué había pasado?
Zeus ordenó rápidamente que Asclepio y Quirón se acercaran a prestar auxilio a la musa Polimnia. Ellos, los invitados, eran expertos en medicina y tal vez podían hacer algo. Se acercaron de inmediato y cuando observaban a Polimnia se oyó otro grito y una gran agitación, ahora Urania -la musa de la astronomía, las ciencias exactas y la poesía didáctica-, había caído muerta.
Los dioses presentes, los dioses de la docena olímpica y los demás, al inicio de los acontecimientos se habían acercado a observar, sin embargo, ahora se hicieron para atrás al ver caer muerta a la segunda musa. La agitación era grande cuando cayó muerta la tercera musa y enseguida la cuarta y luego las demás, muriendo en un brevísimo tiempo las nueve.
El caos era total, no había orden, Zeus suspendió el evento, ordenó que todos se retiraran y todos se fueron, menos dos dioses. Se quedaron Asclepio -el dios de la medicina- y Hades, -el dios del inframundo-, a donde van los muertos. Zeus les pidió que se fueran, pero ambos se negaron. Hades reclamaba a las musas como suyas, estaban muertas y por lo tanto pertenecían al inframundo y quería llevárselas. Asclepio -por su parte,- pedía a Zeus que lo impidiera, pues la humanidad no sería la misma sin las bellas artes.
Hades había envenenado la comida de las musas. Su objetivo era que murieran y así pasarían a ser de su propiedad. En el inframundo él podría revivirlas y las bellas artes serían sólo para él. Zeus, el padre de los seres humanos, entendía que no podía dejar a sus hijos sin las bellas artes. La humanidad no sería la misma sin música, sin canto, sin danza, sin poesía, etc.
Asclepio le dijo a Zeus, <<de acuerdo a la inspección que he hecho como médico, las musas fueron envenenadas intencionalmente.>> Zeus inmediatamente se dio cuenta de que el único beneficiado con la muerte de las musas era Hades. Le ordenó volver al inframundo castigado y le prohibió llevarse las musas muertas.
Zeus se preguntaba ¿cómo revivir a las musas? Él sabía que eran necesarias, indispensables para sus hijos los seres humanos. Asclepio le sugirió a Zeus: <<Manda el espíritu de cada musa a una mujer humana diferente. Escoge nueve mujeres humanas y dales el don que tenía cada musa. Las mujeres escogidas serán las nuevas musas que harán que las bellas artes permanezcan y perduren para siempre en la humanidad.>>
Después de dudarlo un poco Zeus accedió. No obstante, decidió que estos dones de inspiración no serían exclusivamente para nueve mujeres. Escogió muchas, miles, las escogió en cada época, en cada siglo, en cada raza, en cada pueblo y en cada nación, las escogió en todos los idiomas y sin que le faltara ningún pueblo, nación o época. Sólo les puso un requisito a quienes recibieran los dones inspiracionales de las musas; que los multiplicaran, los enseñaran y transmitieran a sus hijos -mujeres y hombres-, en cada instante de la historia de la humanidad para preservar la inspiración de las bellas artes por siempre.
Lola, la Malinois, se calló. Había terminado su historia. Su cuento. Lana, la Border Collie, le preguntó: “¿así fue en la mitología griega?” <<¡Claro que no! -contestó Lola-, fue mi inspiración lo que me hizo escribir este cuento. Y cuando pienso y me cuestiono ¿de dónde viene la inspiración? me respondo que de los dioses. Soy una perra que Raúl hace entrenar para el alto rendimiento. “Alto rendimiento” es un término que se comenzó a utilizar en el deporte. Hoy se usa para muchas cosas y asuntos, pero inició en el deporte. El deporte tiene origen divino. Los juegos olímpicos iniciaron en honor de los dioses. El juego de pelota de nuestros antepasados tuvo su origen por los dioses y para los dioses. Total, el deporte tiene origen divino -siguió relatando la perra-, la convocatoria de la Academia de la lengua canina y humana de Pénjamo con sede en León, decía: Gran concurso de cuentos e historias. Premio al ganador: Pendiente hasta que pase la pandemia. Pero pensé ¿qué es lo que más perdimos los habitantes del planeta con esto de la pandemia? Y según yo lo que más perdimos fue la inspiración, ese toque mágico que nos hace cantar, bailar y reír.>>
<<Estamos iniciando el año 2021 y necesitamos estar inspirados en lo que vamos a hacer. El margen de error es mínimo. No podemos equivocarnos -continuó la Malinois Lola-; los humanos deberían permitir a los perros tomar el mando del mundo, que el mundo tenga otra visión. Hace muchos años, más de cincuenta, en 1968, año de la Olimpiada en México, hubo una película llamada “El planeta de los simios”, en la cual los humanos no gobernaban al mundo, sino los simios. Sé que es ciencia ficción, que no sucedió así, incluso ni siquiera estamos de acuerdo con lo que ahí se muestra. Sin embargo, el mundo era de otra forma.>>
<<¿Qué pasaría si los perros estuviéramos a cargo del mundo? -preguntó la perra-, pero esa pregunta es muy difícil de contestar, de hecho cualquier respuesta es una mera especulación.
Sin embargo hay algo que es seguro, el mundo sería distinto; ¿mejor?, ¿peor? no sabemos, pero seguro sería distinto.>>
Hoy amiga lectora y amigo lector, desde casa, desde el confinamiento, con cubre boca y medidas higiénicas extremas, te invitamos a que tengas un año 2021 lleno de inspiración. Cada quien tiene sus musas y cada quien tiene sus inspiraciones. En Triaca, organización canófila, las tres inspiraciones más importantes de nuestra vida son Dios, la familia y los perros.
Dios es la inspiración más importante que tenemos, Dios es amor, así que el amor es lo que más nos inspira. La familia es la siguiente inspiración importante en nuestra vida. La familia de sangre, ancestros y descendientes. Desde los ancianos de la familia que llegamos a conocer como los abuelos, pasando por los padres, la generación actual con hermanas, hermanos, cónyuges, primos y tíos, los hijos y los nietos. Toda la familia es una gran fuente inspiracional. Para Raúl, ya viejo y reumático, la mayor inspiración familiar es su esposa Paty, ambos compartieron el amor a Dios, a la familia y el uno para el otro. Pero desde luego que ¡hay otra familia! La familia de amigos. Esos que se cuentan con los dedos de la mano. Esos que no son familia de sangre, pero lo son de corazón. Esas amigas y amigos de oro puro. Es una hermosa familia también. Los perros son la siguiente inspiración que nos mueve y nos motiva. Esos seres que Dios Nuestro Señor dispuso que vivieran menos que nosotros para tener varios en la vida. Para que aprendamos de ellos y cada uno nos deje una enseñanza de vida y fidelidad.
La Federación Canófila Mexicana, Editorial Delco y Triaca, organización canófila, les desean a todos un feliz año 2021, lleno de amor y de inspiración para reinventarnos y continuar. Nada nos va a detener como humanidad, nada. Seguiremos avanzando hacia el futuro que cada vez que llega se hace presente. Recordemos que el hoy era el futuro en el pasado.
Raúl, Luis y Bety, los autores, les enviamos un gran abrazo y les deseamos: ¡Feliz año nuevo!
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